Federer le cerró la ventana en la nariz a Massú

SANTIAGO.- Roger Federer tuvo seis oportunidades para quebrar el servicio de Nicolás Massú, una de las mejores armas del chileno junto a su derecha. El suizo asestó tres y eso le bastó para quebrar la ilusión de su rival e inscribir su nombre en los octavos de final del Masters Series de Madrid (España, 2,6 millones de dólares, cemento bajo techo).

El 6-3 y 6-2 parece hablar de un partido fácil para el número uno del mundo, pero no fue tal. Sí dominó gran parte de los pasajes que se crearon en la pista central durante la hora y 22 minutos de juego, mas el chileno tuvo casi brillantes que coincidieron con una pequeña baja de Federer.

Tal como lo había dicho Fernando González en El Mercurio, el suizo dio pequeñas ventanas de desconcentración y ahí es donde el rival debe estar atento, más concentrado que nunca para tomarle la mano al mejor del orbe y, si se puede, el codo y el brazo también.

Massú lo hizo cuando estaba 3-5 en el primer set, producto de un quiebre a favor del suizo en el sexto game. El viñamarino comenzó a pegar más duro que nunca, con bolas bien ubicadas y pesadas, cosa que coincidió con un pequeño bajón de Federer. Massú tuvo dos pelotas de quiebre para estrechar la cuenta 4-5 y quedar con su servicio a favor, pero el número uno del mundo dijo no, cerró la ventana y se acabó.

Fueron 42 minutos que invitaban a seguir viendo buen tenis, jugado a gran ritmo. Porque Massú no cedió en su afán por agarrar el ritmo del partido, hasta que murió en su ley. Tanto se exigió que volvió a ceder su saque en el quinto y séptimo juegos de la segunda manga.

Antes, en el cuarto juego, había tenido una chance de quebrar, pero otra vez Federer utilizó su potente y bien ubicado primer servicio para sacar la tarea adelante.

Massú no dejó de correr, de buscar, de lanzar su derecha desde todos los lados habidos y por haber. Faltó otra pizca de tenis y algo de suerte también. Pero para jugar frente a una máquina, al mejor de todos los tiempos según muchos, no está mal. Aunque se pierda.