El delantero uruguayo Darío Silva, cuando aún vestía la camiseta de su selección nacional.
AFP
ROMA.- El delantero uruguayo Darío Silva, que hace pocas semanas sufrió la amputación de una pierna tras un grave accidente automovilístico sufrido en su país, afirmó que, si la prótesis que tiene previsto ponerse funciona bien, no tendrá "miedo de probar a jugar".
"Dentro de un par de meses me verán caminar junto a mis amigos, montaré a caballo y, quizás, volveré a un terreno de juego. Si la pierna nueva funcionase bien, no tendré miedo a probar", comentó Silva, en una entrevista que publica el diario deportivo milanés La Gazzetta dello Sport.
Silva confesó que cuando supo que le había sido amputada la pierna derecha, tras el accidente sufrido en la mañana del último 24 de septiembre, en Montevideo, "no deseaba seguir viviendo".
"Pero quince minutos después ya había cambiado de idea, pues me di cuenta de cuánto había sufrido mi familia. No recuerdo nada del accidente, sé que todo el mundo estaba preocupado por mi salud. Muchos me han telefoneado y aún debo responder a unos 780 mensajes", dice.
Precisamente, las amplias muestras de apoyo que ha recibido han sido una de las cosas más valoradas por Silva: "Podría esperarme solidaridad en Italia, España e Inglaterra, donde he jugado; pero no pensaba que un equipo de Shanghai pudiese dedicarme una pancarta de ánimo".
Uno de los que le llamó fue el astro argentino Diego Armando Maradona: "Saber de esa llamada ha sido el máximo para mí, pues Diego es mi mito. También me han llamado desde España Ayala (Valencia) y Roberto Carlos (Real Madrid), con los que nunca he jugado".
Silva señala que pronto se le instalará una prótesis temporal y que, quizás, podría viajar a Italia (jugó en Cagliari, donde nació su hija) para la definitiva.
"Me he dado cuenta que la vida es sólo una y estoy muy feliz de haber sobrevivido para gozar del amor de mi mujer Adriana y de mis hijos Elina, de 9 años, y Diego Darío, que sólo tiene 3. No ha sido fácil aceptar haber perdido una pierna, instrumento de mi trabajo. Es como si a un tenista le amputasen un brazo. He comprendido que los médicos hicieron lo justo, pues estaba en riesgo mi vida", apunta.
Silva, asimismo, no duda en afirmar que "al final lo que cuenta es tener coraje para seguir adelante": "La vida es un regalo maravilloso, también con una sola pierna".