NUEVA YORK.- Una marca de tres horas es el objetivo que se ha marcado el ex ciclista estadounidense Lance Armstrong en el maratón de Nueva York, que el domingo próximo congregará a más de 30.000 corredores por las calles de la Gran Manzana.
A sus 35 años, una vez colgada la bicicleta después de haber conseguido siete victorias en el Tour de Francia, Armstrong se propone utilizar su debut como corredor a pie en un maratón para recaudar fondos con destino a su fundación contra el cáncer.
Hasta ahora no ha corrido nunca más de 16 millas seguidas (25 kilómetros) y ha logrado ritmos de seis minutos por milla durante diez, pero es consciente de que el maratón empieza en el trigésimo kilómetro.
"No tengo delirios de grandeza. Es demasiado tarde para hacer un entrenamiento intensivo. No me veo corriendo otro maratón, pero siempre seré un runner (corredor)", comentó el ex ciclista profesional, que se retiró el pasado año.
El 2 de octubre pasado se cumplió el décimo aniversario del día en que le diagnosticaron un cáncer de testículos y, a modo de recordatorio, el domingo lucirá el domingo el dorsal número 1002, en alusión al mes (10) y el día (02).
Durante el período de preparación, Armstrong ha sido asesorado por su ex esposa Kristin Richards, que empezó a correr maratones en 2003 después de divorciarse del ciclista. "Me da muchos consejos. Tenemos una relación mucho mejor de lo que la gente piensa", dijo.
También le ha ayudado en el trabajo físico su entrenador de ciclismo de siempre, Chris Carmichael, que se ha preocupado de vigilar su nutrición y de enseñarle a absorber los impactos de la carrera a pie, bien diferente al pedaleo.
Las necesidades nutricionales de Armstrong serán similares a las que tenía como ciclista: entre 40 y 60 gramos de carbohidratos por cada hora de competición.