PARIS.- El sistema de arbitraje electrónico, conocido como "Hawk-Eye" en inglés, sigue implantándose en el circuito con su utilización en el torneo de la ATP París-Bercy, que se está disputando esta semana en la capital francesa.
El sistema de arbitraje electrónico reconstituye la trayectoria de la pelota en tres dimensiones gracias a diez cámaras situadas en toda la pista, y proyecta el resultado en una pantalla gigante a la vista de los espectadores.
De esta forma, se puede comprobar en unos segundos, y de forma fiable, el resultado de un punto dudoso.
Cada jugador tiene la posibilidad de recurrir a este sistema dos veces por set y una en el tie-break, si no está conforme con la decisión arbitral.
Ese sistema de arbitraje electrónico tiene su origen en Inglaterra -se ha venido utilizando con éxito en el cricket- e hizo su aparición en el tenis este año en el torneo de Miami, para irse implantando en otros torneos a lo largo de la temporada.
"Funciona muy bien, es muy preciso. La mayoría de ocasiones en que el árbitro modifica su decisión inicial después de recurrir a la imagen de vídeo es por uno o dos milímetros, y eso es difícil de percibir para el ojo humano", valoró el supervisor de la ATP, Tom Barnes.
Este recurso se ha mostrado decisivo en el transcurso de algunos encuentros, como el que enfrentó en esta edición de París-Bercy al francés Paul-Henri Mathieu y al serbio Novak Djokovic, en la que el jugador local consiguió salvar una bola de set tras el arbitraje electrónico.
"Estoy muy a favor de este sistema, sobre todo en estas superficies rápidas. Son partidos muy disputados y si se pierde por un error arbitral es realmente duro, declaró el tenista Paul-Henri Mathieu.
El sistema "Hawk-Eye" se ha utilizado en la temporada de 2006 en 15 torneos, y según las estadísticas, los jugadores que han pedido recurrir a este sistema tras un punto dudosa han conseguido cambiar la decisión en un 41% de las ocasiones.
"Una de las razones por las que hemos elegido este sistema es porque podemos implicar más al público, que anima a los jugadores, y eso resulta muy divertido", añadió el supervisor de la ATP Tom Barnes.
Entre los asistentes al torneo ATP de París-Bercy esta semana las opiniones también se muestran en general favorables al nuevo sistema, que demuestra lo complicada que puede ser la labor del árbitro cuando las distancias son mínimas y casi imperceptibles al ojo humano.