FLORIANÓPOLIS.- El volante Carlos Alberto, quien en 2003 integró la selección brasileña sub 20 que se alzó con el título mundial de la categoría en los Emiratos Arabes Unidos, admitió que utilizó documentos falsos para disminuir en cinco años su edad real.
"Una persona de Río de Janeiro, cuyo nombre no deseo revelar, cambió mis documentos para que yo pudiera tener más oportunidades de trabajo", afirmó el jugador, en entrevista a la red televisiva RBS.
Entre lágrimas, el volante que tiene hoy 28 años -y no 23, como afirmaba- aseguró que su club, el Figueirense de Santa Catarina, ignoraba el fraude.
"El Figueirense no lo sabía, y espero que el club no tenga problemas. Yo realmente lo hice. Tuve una infancia pobre, llegué a pasar hambre. Eso me dio más oportunidades de jugar el fútbol. Ahora, no sé qué pasará en mi vida", afirmó.
El procurador del Superior Tribunal de Justicia Deportiva (STJD), Paulo Schimitt, confirmó que en las próximas horas presentará una denuncia formal contra el jugador, quien podrá ser suspendido del fútbol por hasta dos años.
Además, el volante podrá responder a un proceso penal por uso de documentos falsos, un delito que es castigado con hasta cinco años de cárcel.
El fraude en los documentos de Carlos Alberto fue revelado por el diario Folha de Sao Paulo esta semana, cuando el volante negociaba su fichaje por el equipo de Sao Paulo, el líder solitario del Campeonato Brasileño de Fútbol de 2006.
El rotativo basó su denuncia en documentos según los cuales Carlos Alberto de Oliveira nació en Río Bonito, en el Estado de Río de Janeiro, el 24 de enero de 1978.
En los documentos falsos entregados a la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y al Figueirense, el jugador es identificado como Carlos Alberto de Oliveira Júnior, nacido el 24 de enero de 1983 en un municipio denominado Sao Matheus, que no existe en el Estado de Río de Janeiro.
En 1999 el mismo diario denunció por primera vez que Brasil había disputado varios campeonatos sudamericanos y mundiales con "gatos", como son llamados en el país los jugadores que suministran informaciones falsas sobre su edad.
En esa oportunidad Folha de Sao Paulo apuntó a los jugadores Sandro Hiroshi, Bell, Anaílson y Henrique como integrantes de selecciones que disputaron irregularmente torneos continentales y mundiales.
Además, reveló que Brasil había "exportado" a dos "gatos" que disputaron el Mundial de Fútbol de Francia 1998 con selecciones de otros países: el delantero Oliveira, de Bélgica, y el lateral Clayton, de Túnez.
Pese a las denuncias, la FIFA optó por no castigar a Brasil por las irregularidades, alegando que la CBF ignoraba los fraudes.