BELGRADO.- "Por cierto no estoy secuestrada. Ya escuché este tipo de tonterías de mi padre en los últimos tres años", afirmó la tenista australiana de origen croata Jelena Dokic, tras una denuncia de secuestro de su progenitor.
En declaraciones a un diario de Belgrado, Dokic desmintió la versión de su padre a la prensa australiana, pero no se mostró sorprendida, porque -dijo- es común que él mienta.
Damir Dokic afirmó en la víspera que no lograba contactarse con su hija en Zagreb y denunció que seguramente había sido secuestrada por los hermanos Borna y Tin Bikic, su ex entrenador y su novio, respectivamente.
"Me siento obligada a aclarar las cosas para defender a mi novio. El jamás interfirió en mi vida privada o en mi trabajo y de ninguna manera condicionó mi carrera", explicó hoy Dokic.
La relación entre Jelena y su padre nunca fue buena. La imagen que mostró siempre Damir cuando era entrenador de su hija era la de un hombre violento y posesivo. Su carácter lo llevó a protagonizar varios incidentes en el circuito de la WTA (fue expulsado de varios torneos) e incluido está entre las personas que no pueden acercarse a las tenistas, ni ingresar a los estadios.
Jelena Dokic, que llegó a ser número cuatro del mundo en febrero de 2002, vio condicionada su carrera profesional no sólo por la conflictiva relación con su familia, sino también por una larga serie de lesiones que la llevaron a caer al puesto 583 del ranking.
"Voy a dar todo para volver al tenis de elite. No se si podré volver a ser número cuatro del mundo, pero aún soy joven y este es un buen momento para un regreso con todo", comentó la tenista.
"Llegar a estar entre las primeras treinta del ranking es mi meta y si lo logró Mary Pierce a los 30 años, no veo por qué no podría lograrlo yo a los 23", agregó.
Tras el último y reciente escándalo, Dokic afirmó que no volverá a hablar "nunca más" con su padre, aunque aseguró que todo esto sólo la hace sentir más fuerte y decidida.
