Darío Silva jugó 49 partidos por Uruguay, en los que anotó 15 goles. Fue titular en la Copa del Mundo de 2002.
ReutersSANTIAGO.- El 24 de septiembre pasado, la vida de Darío Silva dio un giro trágico e inesperado. El uruguayo, que en ese momento estaba buscando equipo tras pasos por Espanyol, Málaga y Sevilla, y en el inglés Portsmouth, protagonizaba un violento accidente que pondría en riesgo su vida.
Para evitar una infección general, sufrió la amputación de parte de su pierna derecha y, con eso, terminó su carrera futbolística. Y sólo futbolística, porque el ex delantero no piensa dejar el deporte.
"Después de lo que viví, tenía que buscar un nuevo desafío. Y yo he practicado remo desde que tenía cinco años. Así que ahora pienso dedicarme completamente a eso y, quién sabe, aspiro llegar a los Juegos Olímpicos de 2012, en los ríos de Londres", comenta con optimismo.
¿Ya asumió todo?
"Uno nunca deja de preguntarse qué hubiese pasado si las cosas hubiesen sido de otra forma. Pero la verdad es que estoy disfrutando de la vida. Yo era un jugador conflictivo, pesado, y no creí que hubiera tanta gente que me tuviera el cariño que me han demostrado en estos dos meses. Ahora que estoy mejor, no se olvidan de mí".
¿Y perder una extremidad? ¿No es lo más difícil?
"Sí, seguro. Porque pasó un tiempo en el que sentía que todavía estaba ahí. Cuando vi que no estaba, me quise morir, pero ya va pasando y cada vez puedo hacer una vida más independiente".
Iván Zamorano lo invitó a la Teletón. ¿Por qué no vino?
"Los médicos me lo prohibieron. No me dejan viajar en avión por todo lo de la pierna. Además, tenía que hacerme unas curaciones, así que tampoco estaría en condiciones. Pero la próxima, seguro que voy, porque se lo prometí a Iván y porque es una fiesta muy linda".
Por lo que vivió, su testimonio tiene validez.
"Sí, lo sé. Por eso, aunque no pueda estar presente, le pido a todos los chilenos que aporten su dinero. La Teletón también es conocida fuera de Chile, es como un orgullo de ustedes. Por eso creo que deben dar el máximo para mantener esa obra maravillosa".
Ahora usted lo ve con otros ojos.
"Seguro. Nadie piensa que va a vivir lo que a mí me tocó. Y nadie tiene asegurada ni la vida ni la salud. Yo soy un agradecido, porque ahora recibí una segunda oportunidad de vivir, y siento que tengo una nueva misión. Ser futbolista es un lindo recuerdo, pero yo miro para adelante".
Pese a los momentos que ha vivido, Darío Silva no pierde el sentido del humor. Y menos si es para recordar el gol que se perdió jugando por Peñarol sólo frente al arco sur del Estadio Nacional, ante U. de Chile en la Copa Conmebol de 1994.
"La verdad es que no me acuerdo muy bien… naaa, sí me acuerdo perfectamente. Si hasta (el árbitro Francisco) Lamolina lo cobró. Eso demuestra que tenía fama de buen definidor", recuerda el ex ariete.
"Creo que es una anécdota increíble de mi carrera. Nunca más me perdí un gol solo, sin arquero ni nada. Yo lo celebré porque vi que Lamolina lo validó, y cuando empezaron los reclamos, fuimos nosotros mismos a decirle que la había tirado para afuera", comenta.
El futuro de Silva tiene distintos caminos. "Me gusta criar caballos. Está lo del remo. Ahora estoy trabajando de comentarista de fútbol. Pero entrenador no sería, y no es por el problema físico. Lo que pasa es que nunca me llevé bien con los técnicos y no creo que tenga ganas de aguantar a un Darío Silva en mi equipo", termina entre risas.