El zaguero Rafael Olarra tiene en julio su contrato con el Maccabi, que ya le ofreció renovar. De todas formas, el chileno quiere escuchar otras ofertas.
AFP
SANTIAGO.- Aunque Israel no es precisamente vecino de Italia, el traslado desde Pisa a Haifa no tarda más de tres horas. Y Rafael Olarra lo destaca. "No es como en Sudamérica, donde te toca hacer viajes de ocho y más horas. Aquí el desgaste se produce en la cancha y no en los aviones", apunta el zaguero del Maccabi Haifa, que cumple la mejor campaña internacional de su historia, luego de que el miércoles se clasificara a los dieciseisavos de final de la Copa UEFA, luego de empatar con Livorno (1-1).
Se trata de una hazaña. Los actuales campeones de la liga de Israel están a dos rondas de igualar la máxima producción de un elenco de ese país en el fútbol europeo: cuando en 2001, Hapoel Tel Aviv cayó en cuartos de final de la UEFA, ante AC Milan. "Pero nosotros vamos paso a paso", se apura en aclarar el chileno. "El Haifa siempre había perdido en las fases clasificatorias y lo que hicimos en Italia es un respaldo fuerte a este grupo. Somos seis jugadores extranjeros y pasamos de ser la cenicienta del grupo a la gran sorpresa", aclara.
El tema tiene un doble mérito. En la temporada europea, los verdes acumulaban dos triunfos en Israel. El problema fue que los conflictos bélicos impidieron que el equipo de Olarra mantuviera la localía en su país: "Seguramente hubiese sido más importante jugar nuestros partidos en casa, con nuestra gente. A Liverpool (por las clasificatorias para la Champions) lo tuvimos que enfrentar en Ucrania y claramente no era lo ideal".
Y aunque la UEFA levantó las restricciones, una serie fuertes medidas de seguridad se mantienen para la protección del plantel. "A mí me revisan con un arma cada vez que voy a un shopping. Cuando fuimos a Liverpool, arriba de nuestro bus, como a diez metros, iba un helicóptero de la policía y cuando paraba el bus en un semáforo, paraba el helicóptero", comenta el hombre formado en Audax Italiano.
Sin embargo, con el tiempo viene la costumbre para Olarra: "Ya se te hace usual tener un policía a tu lado. En mi caso, me siento mucho más resguardado y tranquilo. Al principio me ponía nervioso por los lienzos contra nosotros, pero se me ha pasado gracias a la misma reacción de los jugadores israelitas. En Escocia, afuera del estadio, había una manifestación de la gente palestina. Me pareció un poco peligroso. Pero en el plantel nadie lo comentó, no le dieron importancia".