BUENOS AIRES.- El argentino Adolfo Cambiaso, quien a los 31 años es una leyenda viviente del polo y unánimemente considerado el mejor jugador del mundo, sueña con popularizar ese deporte aún muy aristocrático, generando no poco malestar en ese ambiente.
"El polo debe ser para todo el mundo", afirma Cambiaso en una entrevista con la AFP, algunos días después de haber ganado el máximo torneo del calendario, el Abierto de Palermo, que se juega todos los años en Buenos Aires.
Pero este deseo está aún lejos de ser realidad, lamenta el jugador, un poco atípico en el mundo muy cerrado del polo.
Las "grandes familias" de este deporte introducido en Argentina por los británicos hacia 1875, recuerdan aún con horror la aparición en las tribunas de Palermo, la "Catedral del polo", de centenares de hinchas del equipo de fútbol Nueva Chicago para apoyar a La Dolfina, el equipo de Cambiaso, invitados por el jugador.
La Dolfina llevaba entonces los mismos colores que la casaca de Nueva Chicago, para alegría de los hinchas, llegados en masa para respaldar al nuevo campeón con sus petardos y banderas.
Esa iniciativa no gustó y al año siguiente, la llegada de los "Chicago boys" al estadio de polo provocó un escándalo entre los aficionados, que bajaron al césped de la cancha.
Desde entonces, Cambiaso parece haber entrado en razones. Cambió los colores de su equipo y renunció a incitar a los simpatizantes de fútbol a hinchar por él.
Cada año, sin embargo, su público se hace más numeroso, aunque sus simpatizantes están más en las tribunas populares que en las plateas exclusivas, según un conocedor del polo argentino que prefirió quedar en el anonimato.
Su amistad con Marcelo Tinelli, conductor estrella de la televisión argentina, persigue el mismo objetivo: popularizar el polo, del cual es el ícono en el mundo entero, pero sólo para un puñado de especialistas.
En 2005 y este año participó en el programa "Showmatch" de Tinelli, que bate todos los récords de audiencia y cuyo logo aparece desde entonces en las casacas de La Dolfina.
Tampoco en este caso faltaron las críticas, entre los que lo acusan de hacer del polo un gran show, pero Cambiaso no se inmuta y responde secamente a sus detractores que el polo es ante todo un espectáculo.
Aunque está casado con una de las modelos más famosas de Argentina, María Vázquez, Adolfo Cambiaso no es un hombre mundano, según los especialistas. Prefiere quedarse en su casa en medio de los caballos, su otra pasión. El caballo es el 70% del polo, dicen los aficionados. Cambiaso lo sabe y cría unos 400.
Cambiaso comenzó a pegarle a la pelota a la edad de siete u ocho años, no recuerda bien. A los 12 años, tenía uno de handicap de una escala de 10. A los 14 años, con tres de handicap, ganó su primera competencia importante, la copa Eduardo Heguy. A los 17, participó de su primer Abierto, donde anotó 16 goles en un solo partido, un récord nunca igualado.
Dos años más tarde, fue el jugador más joven del mundo en conseguir un handicap 10, es decir el máximo, reservado para menos de una decena de personas.
Su juego, muy individualista, es a veces criticado, pero tampoco eso lo inmuta. "Mientras los resultados estén, no veo ninguna razón para cambiar de estilo", explicó a la AFP.
Sus admiradores, y tiene muchos en todo el mundo, hablan de su talento natural incomparable y su agilidad, que según juzga el ex jugador Marcos Bignoli, es simplemente "sobrenatural".