Francisco López sigue con prudencia, a pesar de liderar su categoría.
El MercurioMAURITANIA.- El chileno Francisco López se ha hecho un espacio en el Dakar, donde participa por primera vez y donde ha dado que hablar porque etapa a etapa se ha colocado a la cabeza de la clasificación de motos de 450 centímetros cúbicos.
"Ni me hables de la clasificación, yo lo único que quiero es llegar a Dakar”, aseguró a la agencia de noticias EFE, el piloto, que agregó que está feliz por seguir encima de la moto cuando medio Dakar ya es historia. Pese a que llega a la carrera con la aureola de un título mundial de rally, en motos de 450 centímetros cúbicos, pocos apostaban por que este debutante diera tanta guerra en una competencia tan duro como el Dakar.
Ni él mismo se había marcado metas altas. López ni siquiera ahora que podría presumir entre sus compañeros, el liderar la clasificación de su clase, se sale una línea del discurso oficial de la prudencia. "No quiero meterme una presión suplementaria. Cada vez que hablo con un piloto que ha abandonado, se me pone la carne de gallina. Yo sigo encima de la moto y eso es lo importante”, confiesa casi avergonzado tras haber consolado a un motorista que acaba de decir adiós al rally.
"En esta carrera no gana el más rápido, sino el que más aguanta. Uno no compite contra los demás, compite contra sí mismo. Es una carrera dura, pero tiene que ser algo grande llegar al final”, dice.
Francisco López nació hace 31 años en Teno y heredó de su padre la afición por el motocross, además del apodo de “Chaleco” que resuena cada vez más en los oídos de la caravana del Dakar. Siendo piloto de motocross, el padre de Francisco López no tenía dinero suficiente para comprarse un traje de motorista, así que su abuela le tejió un chaleco con el que competía en los circuitos y con el que pronto fue identificado. "¡Chaleco!”, grita en un español con acento francés un piloto que pasa al lado de Francisco, quien corresponde con una sonrisa.
"Esto es lo mejor de la carrera, la convivencia, la gente que te encuentras, el campamento”, asegura el piloto chileno. A López le está pareciendo “divertido” el Dakar. “Me habían dicho que era duro y es muy duro. Pero al mismo tiempo me lo estoy pasando bien. Los días se me pasan deprisa, como si nada. Pero es verdad que tienes sueño, porque casi no duermes, que pasé frío en Marruecos y que hay que solventar mil problemas,” dice.
En una semana ha ido dejando atrás a todos los favoritos, empezando por el francés David Fretigne, que en vísperas de la jornada de reposo se distanció a casi tres horas en la general. El siguiente en caer fue el portugués Helder Rodrigues, ganador de la primera etapa en su país, pero que después ha ido cediendo minutos, por lo que ahora se encuentra con un minuto de desventaja sobre el chileno. "Estar primero ahora no quiere decir nada, porque la parte que queda es todavía más dura que la que hemos atravesado. Además, yo soy un debutante y mis rivales tienen mucha más experiencia” comenta.
López no tenía previsto participar este año en el Dakar. Su debut en el raid africano estaba marcado en su agenda para más adelante, cuando tuviera más experiencia y se sintiera más preparado. Pero en el mundo del rally las cosas dependen a menudo de los patrocinadores y éstos no entienden de tiempos y sólo pasan una vez por tu puerta. Así que, cuando su corona de campeón del mundo de rally hizo que un patrocinador pusiera sus ojos en él, el piloto nacional no lo dudó un minuto y se enroló en el Dakar. "Pero aquí he venido a aprender, lo de hacer cosas más importantes vendrá en el futuro, si tiene que venir. Este año no me marco metas, el que viene ya veremos, me marcaré otros objetivos y me prepararé de otra manera”, asegura el actual líder de la categoría 450cc.