MADRID.- La Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) dio el visto bueno a un encuentro de revancha entre el campeón mundial, el ruso Vladimir Kramnik, y su predecesor, el búlgaro Veselin Topalov, siempre que se cumplan los plazos reglamentarios.
La FIDE anunció, mediante un comunicado en su página web, que ha recibido un aval bancario de Topalov fechado el 18 de enero de 2007 para el encuentro con Kramnik.
"Dado que la garantía cumple las condiciones reglamentarias", dice el comunicado, "la FIDE ha examinado la posibilidad de organizar este encuentro", que deberá haber concluido seis meses antes del próximo Mundial del 12 de septiembre en México, de modo que la revancha "tendría que empezar no más tarde del 23 de febrero de 2007".
La FIDE exige que el depósito en metálico requerido sea depositado en la cuenta bancaria de la Federación Internacional 45 días antes del comienzo del encuentro.
Tras manifestar su oposición teórica a un encuentro organizado con el apresuramiento que es previsible en éste, la FIDE comunica que, siempre que se respete el plazo de seis meses, si los dos jugadores llegan a un acuerdo aceptable en las fechas y en las condiciones, está dispuesta a colaborar en dicho encuentro.
El 13 de octubre pasado, Kramnik arrebató el título mundial a Topalov en un encuentro de tres semanas disputado en la capital kalmikia, Elista, resuelto en partidas rápidas para romper el empate a seis y presidido por la polémica.
El Gran Maestro ruso, de 31 años, se coronó tras derrotar a su rival en dos de las cuatro partidas rápidas de desempate, de 25 minutos cada una y con sólo 10 segundos para cada movimiento. Kramnik sustituía, de esta forma, a su compatriota Gari Kasparov, protagonista en 1993 de un cisma que estremeció los cimientos del ajedrez.
El torneo se vio salpicado por la polémica después de que Topalov acusara a Kramnik de hacer trampas durante sus frecuentes visitas al baño, cuando el ruso dominaba el marcador por 3-1. Kramnik, herido en su orgullo, no compareció en la quinta partida, lo que le costó un punto y provocó la suspensión temporal del torneo.
Kramnik amenazó incluso con no reconocer a Topalov como campeón y llevar a los tribunales a la FIDE si el búlgaro se proclamaba campeón gracias al punto obtenido en esa partida, pero el resultado final echó tierra sobre el asunto.