Jorge Galindo se ha desempeñado por varios años como juez en las grandes regatas del país.
Claudio Canovas, El MercurioCOQUIMBO.- Si bien su vida de lunes a viernes es navegar por las calles de Santiago, el fin de semana lo reserva para reencontrarse con una se sus más grandes pasiones, abordar un bote y chequear que todas las normas de una regata se cumplan a la perfección.
Esta descripción corresponde a la vida de Jorge Galindo, taxista de 53 años, que durante la mayoría de los fines de semana dedica su tiempo a practicar su gran pasión: ser juez de cancha en regatas.
"Hace más de 20 años, Martín Silva me invitó a ayudarlo, yo acepté porque siempre me ha apasionado el mar", comenta Galindo, quien inmediatamente añade que la navegación se convirtió en uno de sus grandes placeres.
"Fue tanto el interés que me generó poder navegar, que después no me perdía fin de semana en el mar. Un día Martín me pidió que arbitrara solo, porque él quería navegar, entonces tuve que hacerlo solo, por primera vez. Eso fue hace 20 años, hoy ya soy juez reconocido y federado", explica Galindo.
Su experiencia en regatas le ha permitido viajar por el mundo arbitrando distintas competencias, incluso "fui juez en los pre panamericanos de Mar del Plata, donde aproveché de hacer un curso de perfeccionamiento", añade.
Sin embargo, su vida trasciende las calles y las regatas. Su día comienza a las cuatro de la mañana, cuando parte las actividades haciendo aseo en una empresa privada. Cerca de las 9 de la mañana toma el control de su taxi y cruza Santiago trasladando a pasajeros que, en más de una oportunidad, han sido algunos de los navegantes con los que ha coincidido en regatas.
A las dos de la tarde cuelga las llaves para descansar, porque a las seis en punto parte rombo a Lo Valledor Sur, específicamente a la iglesia San Martín de Porres.
"Soy muy Católico, creo mucho en Dios y eso me ha favorecido en mi vida. Además, soy ministro de comunión, hago catequesis a los padres de algunos jóvenes y ayudo a prevenir el consumo de drogas en el sector Sur de Santiago", comenta Galindo.
Es la vida de Jorge Galindo, quien a sus 53 años se pasea entre las calles de Santiago y las regatas más importantes del país. Si bien sabe que su pasión es arbitrar, su sueño es navegar. Aunque por ahora sólo se conforma por haber formado parte de alguna tripulación.
Hoy en Coquimbo trabaja para que se cumplan todas las normas de navegación en la Regata del Norte, la próxima semana será en Papudo, luego Rapel, Aculeo, porque como él declara, "esto es mi vida".