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Markus: "Me pone mal no poder ayudar más a Nico"

En un momento que el mismo tenista chileno define como bajón, su coach, el argentino Gabriel Markus, lucha por sacarlo adelante. Aquí hace su análisis, manifiesta sus esperanzas y sus temores y aclara su relación con el actual número dos de Chile.

01 de Febrero de 2007 | 18:39 | Patricio Muñoz Ortega, enviado especial a Viña del Mar
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Gabriel Markus, durante uno de sus entrenamientos con el segundo ranqueado nacional, Nicolás Massú.

Juan Ernesto Jaeger, El Mercurio

VIÑA DEL MAR.- Cuando Nicolás Massú dice que está pasando por un bajón, todos los ojos se vuelven hacia su entrenador, el argentino Gabriel Markus. Responsable de una progresión indesmentible en el tenista viñamarino, eso no fue obstáculo para que hace dos años la relación se resintiera al punto de sufrir una interrupción de casi 14 meses (entre Roland Garros de 2004 y New Haven de 2005).

Qué Massú sea autoflagelante en la cancha no es nuevo, pero ¿por qué se ha exacerbado?

"Estos últimos dos partidos ha ido así, está un poquito frágil en su interior, donde necesita estar más fuerte porque 'Nico' es un jugador que depende de su estado de ánimo, de su motivación. Cuando él está así su rendimiento baja y como él es muy expresivo, la gente puede darse cuenta fácilmente. Enseguida comienza con los pensamientos negativos y se va destruyendo poco a poco. Es lo que necesita mejorar parar recuperar la confianza que necesita".


¿Por qué es tan irregular, tira dos winners y después deja dos en la malla?

"No es un tema de entrenamiento, es un asunto pura y exclusivamente de concentración, donde muestra sus grandes cambios emocionales. Pasa de una euforia increíble a una desconcentración total, de jugar un punto increíble a jugar un punto muy, muy malo. En los entrenamientos está con su tenis muy alto, juega muy bien. Le está costando mantener su enfoque cuando entra a competir, está débil interiormente cuando entra a competir".


¿Cómo visualizas el 2007?

"Creo que puede tener un gran año. Lo conozco mucho y sé que puede cambiar estas situaciones, él pasa de lo más alto a lo más bajo, pero también puede pasar, sin que nadie lo espere, a lo más alto de su rendimiento. Es muy importante esta semana, también la semana que viene (Copa Davis contra Rusia), si él juega bien va a hacer un empuje emocional importante para lo que queda de esta primera mitad del año".


¿Cómo esta la relación de ambos en este momento de frustración del jugador?

"Las relaciones siempre son complejas. Con 'Nico' estoy bien, no hay ningún problema. Sí preocupan estas cosas, porque uno quiere ayudarlo, uno tiene el desafío de lograr la estabilidad que él necesita. A veces no se logra, a veces va más allá de la función de uno. A veces me pongo mal, porque veo que no lo puedo ayudar, de pronto entra en un bajón, en una crisis de la que le cuesta salir. Hoy lo conozco muchísimo más que hace dos años, sé de sus cambios de ánimo, sé como manejarlo, cómo y cuándo debo actuar. Igual es difícil cuando un jugador se cierra, se mete para adentro y no logra abrirse, es difícil prestar ayuda ahí".


¿A ratos está molesto con su tenis, pero otras veces pareciera que no tuviera ganas?

"Eso es producto de su estado de ánimo, cuando entra en una situación crítica, a veces no corre, tira pelotas fáciles afuera, es su forma de reaccionar frente a la crisis".


¿Cuál es el techo de Nicolás?

"Él puede repetir muchas cosas buenas. Ha hecho cosas, tenísticamente hablando, mucho más importantes que Atenas. A las medallas se les ha dado una trascendencia muy grande por el hecho de ser Olimpiadas y porque para Chile es muy importante, pero le he visto triunfos mucho más grandes que esos. No tuvo un único resultado en su vida, tuvo muchas cosas muy buenas y estoy seguro de que puede repetirlo. Es cierto que a medida que va creciendo y la edad va pasando tiene que hacer mejor las cosas para mantener su nivel, cada vez cuesta más porque el cuerpo va teniendo una fatiga mayor".


¿Qué evaluación haces del aspecto sicológico en Massú?

"Es muy importante para él, de hecho hay veces que trabaja con uno cuando va a Argentina, pero es algo aislado. Creo que no sirve si no tiene una continuidad. Por los viajes se hace difícil, porque es una persona que está ocupada en su país con otros pacientes. Pero creo que Nicolás debería tener un apoyo sicológico más constante, sería importante que uno pudiera viajar con él, por lo menos a algunos torneos. Así como se trabaja el derecho 500 veces al mes, lo sicológico debería ocupar algunas horas periódicamente".


¿Sientes que Nicolás confía en ti?

"Yo creo que confía, sí, lo que pasa es que tiene una personalidad especial, no siempre escucha todo lo que tiene que escuchar, a veces le gusta hacer las cosas a su manera, porque él es así, vive la vida a su manera, a veces pasa el tiempo y se da cuenta de que cometió errores".


Su revés sigue siendo su lado flaco, ahí lo atacan, ¿cuándo podrá mejorarlo para que le permita contragolpear a sus rivales?

"Quiero aclarar algo, el revés de Nicolás Massú se ha mejorado notablemente respecto de hace dos años. Muchas veces eso no se ve, porque cuando entra a la cancha todavía no cree en su tiro, no se tiene fe. Por ejemplo en Auckland jugó con un revés espectacular,  varios jugadores se le acercaron para felicitarlo. Hoy gana muchos puntos con revés paralelo, que hace años no lo usaba. Lo que pasa es que todavía no lo asume como parte importante de su juego. Yo entrenaba con Massú hace dos años y sentía que su revés venía muy débil, ahora siento que viene un tiro muy competitivo".

Nicolás Massú juega muchos torneos, ¿cuándo jugará menos?

"Eso es una lucha que hemos tenido varias veces con 'Nico', donde yo le he pedido descansos y él no ha querido. Él necesita jugar muchos torneos para sentirse seguro y sumar puntos, tiene que ver con la confianza en uno mismo, cuando uno cree que va a jugar bien planifica así. Él dice por las dudas juego muchos torneos por si no me va tan bien, depende del ránking y de la cantidad de torneos que ganas por partido. A medida que mejore su ránking, preferiría que prepare mejor ciertas semanas importantes del año y que juegue menos".

Gabriel Markus nació el 30 de marzo de 1970 en Buenos Aires. Jugó al tenis profesionalmente entre 1989 y 1997, cuando decidió retirarse y comenzar su carrera de entrenador. Su mejor ranking fue 36° en singles.

Casado con Bárbara desde 2002 y padre de Katia (2) y Carla (8 meses), el coach de Nicolás Massú tiene un trabajo itinerante. "Hasta ahora la familia me apoya, sé que no es fácil para ellos, se quedan muchas semanas solos en el año, pero es mi trabajo, nuestro futuro y cada vez que podemos ellos me acompañan".

"Me encanta lo que hago, amo terriblemente este deporte, vivo todo el día por ayudar a mis jugadores y lo que más quiero es que les vaya bien", es su declaración de principios.

"Hago mucho esfuerzo por esto y los jugadores no siempre se dan cuenta de todo lo que uno hace para tratar de ayudarlos. A veces las relaciones se cortan en momentos de crisis del jugador, en un momento de ansiedad, de querer resultados y a veces es más fácil ver la culpa afuera que adentro. Otras veces no hay culpas de nadie, simplemente es la competencia", explica el adiestrador.

Gabriel Markus no piensa en tirar la toalla. "Ahora no te puedo decir hasta donde voy a seguir con fuerzas. Por ahora no tengo una fatiga demasiado grande, me gusta, me motivo mucho y es mi vida, lo que siempre quise hacer y mientras tenga la energía y oportunidades laborales quiero seguir haciéndolo".

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