GINEBRA.- España inicia su periplo en la Copa Davis 2007 en Ginebra, estación fijada por el cuarteto de Emilio Sánchez Vicario para poner fin al maleficio como visitante que acompaña al conjunto hispano desde que ganó su segunda Ensaladera en el 2004, y con Suiza como rival, debilitada por la anunciada ausencia del número uno del mundo, Roger Federer.
La baja del reciente campeón del Abierto de Australia es una constante en los últimos años. La raqueta de Basilea sÓlo acude al rescate del equipo de su país en situaciones extremas, en apariciones con cuentagotas. Para evitar que Suiza descienda de categoría y quede al margen de las grandes potencias acomodadas en el Grupo Mundial.
La ausencia de Federer anima el panorama de España. Aunque priva al gran público de un nuevo duelo con Rafael Nadal, el número dos del ránking y el único tenista hasta el momento capaz de cuestionar la hegemonía del helvético.
Solventada la situación física del tenista manacorense, entre algodones y sometido a diversas pruebas para definir su situación tras las molestias que mermaron su capacidad en el duelo contra Fernando González en los cuartos de final del Abierto de Australia, el cuarteto español afronta la cita suiza estimulado por el ansia del desquite después del oscuro arranque en el Grupo Mundial que protagonizó en los dos ejercicios precedentes.