LEIPZIG.- Los numerosos heridos y graves daños materiales causados por la batalla campal que se produjo el domingo entre hinchas del Lokomotive y la policía alemana en la ciudad oriental de Leipzig desencadenaron hoy un debate en Alemania sobre la violencia en el deporte y la posibilidad de cerrar estadios.
Theo Zwanziger, presidente de la Federación Alemana (DFB) criticó hoy en Frankfurt lo sucedido el domingo en Leipzig y pidió que se actúe rápidamente contra aquellos que provocaron los disturbios para que no vuelva a ocurrir un episodio similar.
"Debe haber estadios seguros en el Este de Alemania", recalcó Zwanziger. "Si con todos nuestros esfuerzos no logramos evitar estos casos, no se podrá seguir jugando al fútbol allí", agregó.
"Quizá deberíamos haber contado con que, tras lo sucedido en Italia, algunos hooligans buscarían la oportunidad de demostrar que no son peores que los hooligans italianos", se disculpó Zwanziger en una entrevista con una emisora de radio alemana.
El sindicato de la policía por su parte exigió que se proceda duramente contra los alborotadores del domingo. "No podemos tolerar comportamientos como los que se dan en Italia", señaló Konrad Freiberg, presidente del sindicato de policía, quien también pidió un trabajo en común más efectivo con las organizaciones futbolísticas.
El presidente del Consejo de Supervisión del Lokomotive Leipzig, Frank Mller, aseguró hoy que él no tiene nada que reprocharse y rechazó una posible dimisión. El alcalde de Leipzig, el socialdemócrata Burkhard Jung propuso en el diario local "Leipziger Volkszeitung" que el problema sea tratado a nivel político.
Los incidentes se desataron cuando 800 seguidores del Lokomotive Leipzig, un club de larga tradición en el fútbol alemán pero que juega en las divisiones inferiores de la Bundesliga, se enfrentaron a unos 300 policías después de un partido por la Copa de Sajonia contra el Erzgebirg Aue.
El partido, jugado el sábado, lo ganó el Aue por 3- 0. Varias personas sufrieron heridas de diversa consideración, entre ellos alrededor de 36 policías, algunos civiles, así como caballos y perros de la policía utilizados durante la refriega. Algunos de los hinchas sufrieron mordeduras de los perros policía y fueron dañados 21 patrulleros.