BUENOS AIRES.— Con Juan Román Riquelme otra vez en sus filas después de cinco años, Boca Juniors no pudo pasar de un empate 1-1 ante Rosario Central por la segunda fecha del torneo Clausura de Argentina.
Riquelme, que había jugado su último partido para Boca en 2002, fue cedido a préstamo seis meses por el Villarreal de España a cambio de dos millones de dólares. Su vuelta desató la locura de los simpatizantes boquenses, que con camisetas con el "10" en la espalda, carteles y un unánime "Riquelme, Riquelme" que bajó desde las tribunas del estadio "La Bombonera" acompañaron su ingreso al campo de juego.
Pero esta primera presentación no fue la esperada. Salvo un tiro libre que rozó el travesaño a los 20 minutos y apenas un par de pases al área, el enlace no fue decisivo para su equipo y pareció sentir una inactividad de dos meses sin jugar.
En cambio, el toque de distinción lo aportó el conductor del Rosario Central, Angel De María, de apenas 19 años y puñado de partidos en la Primera División. Veloz y desfachatado, el juvenil fue imparable para los defensores boquenses.
Respaldado en el juego de De María, una defensa sin fisuras y un mediocampo combativo, Central se fue al descanso en ventaja. Lo logró a los 39 minutos tras un tiro de esquina, en el que Cristian González la bajó de cabeza para la entrada por sorpresa de Emilio Zelaya, que alcanzó a puntearla al gol.
Con otra actitud y el cambio de algunas piezas, Boca mostró una imagen mejorada en el complemento y logró el empate a los 55, también de un corner. Tras una serie de rebotes en el área, el balón le quedó a Rodrigo Palacio, que la acomodó y definió de media vuelta.