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Santiago: Viernes 22 de noviembre del 2024 | Actualizado 01:05
MÉXICO.- Que le dolía la pierna izquierda, que le habían dado una paliza en Australia, que no pudo ser campeón en Viña. Que como justo ahora no llegaba bien ni al torneo de su ciudad natal ni a la Copa Davis, donde le ganaron Safín y especialmente Andreev en el fatídico quinto punto de la serie ante los rusos.
El resumen es para que usted entienda el desahogo de Nicolás Massú cuando este martes por la noche volvió a saborear una victoria. Y lo hizo ante un rival más que calificado como el argentino Juan Mónaco (58º), flamante campeón del abierto de Buenos Aires hace dos días.
El chileno se impuso por 7-6 (4) y 7-5 en dos horas y tres minutos de partido y volvió a conseguir un triunfo, una sensación que no experimentaba desde el pasado 3 de febreo, cuando avanzó a la final del abierto de Viña del Mar ganando al español Albert Montañés.
El primer set fue particularmente estrecho, con un Mónaco encumbrado en el marcador hasta un engañoso 5-2, que en la práctica traducía un solo quiebre de servicio a favor del trasandino, en la única chance que había sido capaz de crear hasta entonces, y la única que tendría en el partido. Massú recuperó los golpes extraviados hace meses, tomó pequeños riesgos con su revés, pero en momentos decisivos, y tuvo la movilidad que sus piernas le negaron en el abierto de Viña del Mar y La Serena.
En el noveno juego, tras ganar su servicio en el octavo, el viñamarino salió a atacar a su oponente, tomando el control del partido gracias a una derecha terrible, y a un contragolpe lleno de coraje cada vez que su rival le buscó el revés. Massú quebró en el noveno y conservó su saque hasta llegar al tie break, donde fue más eficaz que el flamante campeón del abierto de Buenos Aires. Massú firmó su tarjeta con un 7-4 que lo llevó mucho más tranquilo al descanso.
El segundo capítulo comenzó con la ratificación del ascenso del chileno, mientras que Mónaco también subía su rendimiento para amagar a Massú. Mientras el chileno cometió algunos errores no forzados, el argentino hizo lo propio, forzado muchas veces por la falta de movilidad producto del desgaste de haber alcanzado el título en Buenos Aires hace sólo 48 horas.
Pese a las falencias, matizadas con grandes aciertos de ambos, Massú y Mónaco llegaron hasta el duodécimo juego conservando su servicio.
En este juego decisivo, un tiro ganador de Mónaco pegó en la parte superior de la red y quedó servida para que Massú la liquidará con un passing cruzado de derecha, la cuenta quedó 30-30 y el viñamarino no dejó pasar su chance. A la siguiente pelota volvió a atacar con una derecha cruzada que le dio punto de partido. Después vino el error no forzado de Mónaco y el grito de desahogo de un Massú que vuelve a saborear un triunfo luego de tres semanas de muchos cuestionamientos.
Ahora, Massú se medirá en la segunda ronda del abierto mexicano con el italiano Stefano Galvani (109º), con quien jugará por primera vez desde que son profesionales.
