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DT del Sevilla reconoce ser responsable de la agresión que sufrió

El entrenador Juande Ramos, que fue agredido por un botellazo lanzado por un hincha del Betis, admitió que junto a los dirigentes cometieron el error de "violentar" el ambiente del clásico.

01 de Marzo de 2007 | 12:11 | DPA
SEVILLA.- El entrenador del Sevilla, Juande Ramos, se consideró corresponsable del violento ambiente que se vivió en el partido de fútbol ante el Betis por la Copa del Rey española y que tuvo que abandonar en camilla inconsciente al recibir un botellazo.

"Se ha alimentado mucho la violencia y la agresividad estos días, se ha echado gasolina donde sólo admitía mucha agua y de algún modo hemos provocado a los violentos", dijo Ramos, ya recuperado del traumatismo craneal leve que sufrió y que le obligó a pasar la noche en el hospital.

Ramos abandonó hoy el centro médico y acudió directamente al entrenamiento de su equipo. El técnico reconoció que "no recuerda nada" a partir del descanso y que recuperó la memoria cuando se despertó en la ambulancia.

"Los que siembran vientos recogen tempestades. Los profesionales y los dirigentes somos los que peor nos hemos portado y tenemos que recapacitar, porque nuestras palabras tienen mucho peso en el comportamiento de algunos que no necesitan demasiado para cometer estas barbaries", agregó.

El partido entre los dos equipos de Sevilla resultó tan caliente como siempre, pero en esta ocasión los ánimos venían encendidos tras el enfrentamiento previo entre las directivas.

Todo nació el pasado 10 de febrero durante el duelo de Liga entre ambos clubes. José María del Nido, presidente del Sevilla, se negó a recibir una estatuilla como recuerdo por el centenario del Betis y a ser fotografiado ante un busto de Manuel Ruiz de Lopera, máximo accionista y presidente en la sombra del club verdiblanco. Ese busto presidió ayer el partido desde el palco.

El Betis se sintió "insultado", decidió entonces arrinconar a Del Nido en el palco y comunicó los hechos por megafonía encendiendo los ánimos de la afición.

El equipo bético quiso impedir que el miércoles asistiera la directiva del Sevilla al partido de Copa y tras semanas de enfrentamientos e insultos la Federación instó a firmar la paz amenazando con la suspensión del partido.

Esa fue la mecha que terminó por explotar el miércoles. Ramos cayó fulminado inconsciente al recibir un botellazo de un aficionado del Betis en el "clásico" de máxima rivalidad de la ciudad española. El técnico recuperó la consciencia a los pocos minutos, pero se decidió que pasara la noche en el hospital.

El golpe con la botella lo recibió mientras celebraba el gol de Frederic Kanouté en el minuto 56 que le daba el triunfo a su equipo y el pase a las semifinales de la Copa del Rey. El encuentro fue suspendido inmediatamente cuando los jugadores del Sevilla abandonaron el campo.

"Estas son las cosas que pasan cuando se calienta un partido. La afición del Betis no está representada por el desalmado que ha tirado la botella", dijo hoy el técnico sevillista, exculpando al club archirrival, al que entrenó en la campaña 2001-2002.

"Por un 'cafre' no podemos juzgar a ninguna afición. Es más, la inmensa mayoría de las personas son muy normales y lo que sí tiene que ocurrir es que sea la propia gente quien denuncie a los que cometen estos hechos bárbaros", reclamó.

Desde el Betis se asegura que el agresor ya fue identificado y podría ser detenido en las próximas horas. Mañana, la Federación Española de Fútbol a través del comité de competición decidirá las sanciones.

Ramos exigió "medidas y no sólo castigar la puntería" y expresó la esperanza de que "no se llegue nunca a lo que pasó en Italia o lo que de vez en cuando ocurre en otros países". El 3 de febrero en Sicilia un policía murió al ser golpeado por un hincha durante los disturbios entre las aficiones de Palermo y Catania.
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