SAO PAULO.- Romario, centro futbolístico en Brasil ante la posibilidad de que convierta este domingo su gol número mil, reveló que no apoyó a la selección subcampeona en el Mundial de Francia 1998.
"En 1998 yo no hinché para que Brasil perdiera el Mundial, pero si digo que hinché para que ellos lo ganaran estaría mintiendo. Muchos jugadores también piensan así, sólo que no lo dicen", disparó el veterano delantero.
Romario formuló su confesión en una extensa entrevista con el programa "Bem Amigos", del canal Sport TV, donde admitió por primera vez a qué punto llegó su enojo porque el DT Mario Lobo Zagallo lo dejó afuera de ese Mundial, en cuya final Brasil cayó 3-0 ante el local Francia.
Romario, de 41 años, había sido la figura del Brasil campeón mundial en Estados Unidos 1994, pero Zagallo lo descartó antes del Mundial 98 por un problema en la rodilla del delantero, quien nunca perdonó esa decisión.
"En (el Mundial) 2002 fue peor. Brasil ganó y yo no estaba allí. Mi madre sufrió mucho con eso. No tengo nada contra Felipao (el DT Luiz Felipe Scolari), pero creo que el Mundial hubiera sido más lindo conmigo allá", dijo el delantero.
El gol 1.000 de Romario -en una cuenta en la que se incluyen partidos no aprobados por la FIFA- provocó una fiebre en Río de Janeiro y otras ciudades de Brasil, porque el objetivo está a sólo uno de cumplirse el domingo, ante Botafogo, por el campeonato carioca de fútbol.
"Voy a respetar a Botafogo como siempre y espero que ellos respeten mi trayectoria si el gol me sale", dijo Romario, quien comparó la emoción del gol 1.000 -una campaña iniciada en marzo de 2006- con la victoria en el Mundial 1994.
En un amplio repaso por su carrera, Romario contó que el gol que convirtió ante Holanda, de sobrepique, en la semifinal del Mundial '94, fue el más bonito, aunque también destacó dos que anotó con la punta del botín ante Camerún y Suecia, en el mismo torneo, al confesar que ama anotar goles de ese modo.
La fiebre por el gol 1.000 de Romario llevó a Vasco da Gama a preparar una fiesta en el estadio Maracaná 30 días después de que esa marca sea concretada, según el presidente del club, Eurico Miranda.
Vasco está reservando casacas alusivas al gol 1.000 del "11" del club y hasta se prepara una estatua en la sede de la institución, en Sao Januario.
El domingo ante Botafogo será la chance para sumar el milésimo y dijo que en sus sueños el gol será de penal. "Voy a estar nervioso, pero espero que el golero entienda la situación. Estaré más nervioso que en el Mundial 1994", dijo Romario, comparando el penal que lanzó en la definición ante Italia en la final de ese torneo. "La marca histórica está movilizando a todos los brasileños. Esta expectativa es como la del título Mundial '94", comparó Romario, cuyo milésimo gol, según sus cuentas, que son objetadas por algunos especialistas, podrá llegar este domingo, 1 de abril, paradójicamente consagrado desde hace tiempo en Brasil como "Día de la Mentira".
Romario prefirió no jugar mañana ante Americano a fin de que su milésimo gol pueda ser anotado en el Maracaná, en cuyos vestuarios desapareció, se presume que desde hace tiempo, una plaqueta que recordaba el gol número mil que anotó allí Pelé, el 19 de noviembre de 1969, con 29 años, según reveló hoy Folha de Sao Paulo.
En la extensa entrevista televisiva, Romario, que junto con Bebeto formó un formidable ataque que condujo a Brasil a la conquista del Mundial '94, dijo que ese título hubiera sido imposible de ganar sin la presencia del volante Dunga, hoy DT de la selección.
Por otra parte, Romario dijo que entre los jugadores extranjeros que incluiría en la selección de las personas que vio jugar personalmente se encuentran el argentino Diego Maradona y el italiano Franco Baresi.
En caso de llegar al gol 1.000, Romario dijo que puede jugar dos años más dado el cuidado que está manteniendo por orden de los preparadores físicos de Vasco. Por último, el goleador sostuvo que en los últimos 10 años los entrenadores del fútbol brasileño "se olvidaron de la técnica" y preparan físicamente al jugador. "A mi no me gusta el Robinho del Real Madrid, que tuvo que ganar fuerza. Me gusta el Robinho de Santos, elástico, por ejemplo. Si durante diez años a un talentoso le dan tiempo para refinar la técnica, eso es mejor que darle tiempo para exigirlo en musculación o preparación física. Obviamente que la alta competencia requiere condiciones físicas impecables", expresó.