Una fuerte depresión llevó a Maradona a aumentar su consumo de alcohol y habanos.
AP
BUENOS AIRES.- Diego Armando Maradona tiene un nuevo enemigo: el alcohol. Independientemente de su falta de aplicación en la dieta alimentaria dispuesta por su médico, Alfredo Cahe, tras la operación para la reducción de su estómago a la que se sometió en 2005.
Cahe admitió hoy que el ex futbolista, afectado por una depresión, ha cometido excesos "de alimentación y de bebida" en los últimos tiempos, razón por la cual ha sido ingresado el miércoles en una clínica de Buenos Aires con una descompensación física.
"Diego estaba bastante mal anímicamente por problemas familiares que no voy a considerar; tenía cosas importantes que no podía manejar, y eso lo había llevado a estar depresivo", dijo hoy Cahe a a Radio Uno, de esta capital.
Según el médico, Maradona no quería que lo internaran. "Se despertó esta madrugada a las 2.30 y me insultó. Lo volvieron a sedar y se durmió", comentó.
Volvió a afirmar que no consume drogas, pero dijo que últimamente fumaba tres o cuatro puros por día y que eso también lo ha perjudicado debido a que "nunca" tuvo relación con el tabaco.
"Era necesario ingresarlo en un sanatorio", afirmó Cahe, quien recordó que "hace unas semanas ya se había contemplado esta posibilidad, pero Diego se levantó y se fue".
"Había aumentado mucho de peso y se había hinchado; ahora, deberá estar internado varios días", añadió.
Al referirse a la posibilidad de que se someta a un tratamiento en Suiza, que el médico anunció el pasado fin de semana, indicó que "llevarlo allá diez o quince días sería bastante interesante. Suiza tiene infraestructura de tipo 'spa', pero no para el cuadro clínico".
"Hace un tiempo, el país ideal por su cuadro adictivo hubiese sido Estados Unidos, pero él allá no puede entrar", señaló.
En cuanto a la alternativa de que se someta a un tratamiento psicológico, afirmó que "conociéndolo a Diego, se sabe que ese tipo de terapia no funcionaría. El se resiste a ello. Es muy especial".
Al respecto precisó: "Muchas veces, la mejor forma de entrarle fue escribiendo. Yo le anotaba algunas indicaciones y él me respondía de manera muy coherente".
Cahe insistió en que la vida de Maradona "no corre peligro".
"Deberá estar internado unos días y después veremos cómo seguimos. Hace treinta años que lo conozco y no lo voy a abandonar", dijo finalmente el médico.