BUENOS AIRES.- El astro argentino Diego Maradona colabora con su tratamiento y nunca estuvo agresivo desde que fue internado la noche del miércoles en un sanatorio de Buenos Aires, por una descompensación por consumo excesivo de alcohol, dijo este una autoridad médica del centro de salud.
"Diego colabora con el tratamiento. Obedece órdenes, colabora y nunca estuvo agresivo", afirmó el director médico del Sanatorio Güemes, Héctor Pezzella, en declaraciones radiales.
El médico personal de Maradona, Alfredo Cahe, había revelado que su paciente más famoso había sido ingresado la noche del miércoles contra su voluntad, por lo que debió ser sedado. Incluso, había admitido que prefería que el astro no lo viera al lado de su cama de hospital, porque "si me ve me va a pedir el alta enseguida".
Maradona, 46 años, pasó "una noche muy buena, sin ningún tipo de descompensación aguda, está todavía bajo efectos de la medicación sedante y evoluciona", manifestó Pezzella el viernes.
"Maradona sigue estable. Está compensado bajo el punto de vista general. Está evolucionando bien", aseguró.
El director del sanatorio dijo que lo "más importante" en el tratamiento al que está siendo sometido el ex capitán de la selección argentina de fútbol "es pasar el período de consumo de alcohol excesivo".
Explicó que los resultados de estudios que se le vienen realizando "son aceptables dentro de su estado general". "No se olviden de que hay un daño previo y eso hace que el organismo tenga mayor dificultad para recuperarse", advirtió.
El ex futbolista, que brilló en la década del '80, fue internado el miércoles producto de una descompensación por exceso de alcohol, dijeron los médicos.
"No es un alcohólico consuetudinario, acá ingresó con un exceso", precisó Pezzella la noche del jueves. No obstante, según Cahe, el ídolo argentino venía manteniendo un tren de vida con muchos excesos alimenticios, de alcohol y fumaba varios habanos por día.
"Estaba muy depresivo por problemas personales e incurrió en muchas desprolijidades", reveló el profesional.
El ex capitán de la selección argentina campeona en el Mundial de México 1986 permanece alojado en una habitación privada de cuidados comunes del sanatorio en el barrio porteño de Almagro, acompañado por sus dos hijas, Dalma y Giannina.