MADRID.- El Real Madrid mantiene vivas sus aspiraciones al título de Liga tras imponerse por 1-2 en su visita a Balaídos, gracias a un tanto del brasileño Robinho, que dejó sin premio a un Celta de Vigo que con el chileno Pablo Contreras los 90 minutos, puso más ganas y juego que los madrileños para llevarse el triunfo.
Los de Fabio Capello, aunque con el mismo once que empató 3-3 hace unas semanas con el Barcelona, no mostraron apenas nada del espíritu del Camp Nou, y se comportaron como un conjunto bastante plano, que dejó toda, o casi toda su suerte a un error del rival o a una genialidad de alguna de sus estrellas.
Por su parte, los de Fernando Vázquez, también necesitados aunque por motivos bien diferentes, decidieron, al igual que ocurrió ante el Barcelona o el Valencia, salir desde el primer instante a por el partido, jugándole de tú a tú a los blancos y ofreciendo su cara más atrevida, lo que a la postre no valió de mucho, pues el Celta se vio condenado por sus propios errores.
Sin embargo, y tras un primer aviso del Real Madrid en las botas de Raúl, en el primer minuto de partido fue, de hecho, el Celta el que primero apostó por jugar el balón, encerrando a los blancos en su propio campo y obligándole a salir al contraataque, aunque sin mucho acierto en estos primeros minutos.
Pero fue el Madrid el que primero asestó golpe, en el minuto 27. Contreras, en un error defensivo no acertó a sacar el balón, que se llevó Van Nistelrooy ante el que Pinto en su salida cometió penal. El goleador holandés, 'pichichi' de la Liga a domicilio, no falló y marcó el 0-1.
Resultado injusto para el Celta que hasta el momento había presentado muchos más argumentos sobre el césped con la vuelta de Iriney y Oubiña en el pivote, ganando los gallegos en circulación de la pelota, distribuida con mejor criterio.
De área a área, sólo dos minutos más tarde, en el 29, jugada polémica en la figura de Angel, quien cayó en el área chica reclamando penal. Pérez Burrull, sin embargo, no apreció pena máxima y en cambio castigó al internacional céltico con amarilla, lo que indignó a jugadores, banquillo y grada local.
Noqueado el Celta, el Madrid apretó buscando sentenciar el encuentro, algo que casi consigue Van Nistelrooy en un disparo que pegó en el palo consecuencia, de nuevo, de un incomprensible error defensivo, en este caso de Lequi.
El Madrid perdonó ahí y el Celta hizo lo propio en el 37 cuando Contreras, sólo ante Casillas, mandó alto el balón a menos de dos metros, cuando eso era lo más difícil.
En esta sucesión, de nuevo Ruud Van Nistelrooy dispuso de una nueva oportunidad en el cuarenta en un balón cruzado, pero cuando parecía que se llegaría al descanso con el 0-1, se produjo la igualdad viguesa a cargo de Ángel.
Nené, en el área blanca vio el desdoblamiento del lateral derecho para dejarle la pelota al canario, que de tiro cruzado, puso el esférico en el palo largo, haciendo inútil la estirada de Casillas (1-1).
Celeste y blancos comenzaban un partido nuevo en la segunda parte habida cuenta de que el empate de poco o nada valía para los intereses de unos y otros, especialmente para el Real Madrid después de la victoria del Barcelona, que ponía a los catalanes con ocho puntos de ventaja.
El juego en esta segunda parte se convirtió en un correcalles muy vivo, en el que se sucedieron las llegadas de uno y otro lado pero en el que comenzó a hacer presencia las imprecisiones y la presión por el resultado degenerando en un juego con más corazón que cabeza y muy poco táctico.
La mejor ocasión una de en un disparo a bocajarro de su delantero Baiano que estrelló en el cuerpo de Casillas.Capello retiró a un flojo Raúl y poco más tarde a Gago para dar entrada a Emerson y Robinho, que a ocho minutos para el final del encuentro daría la victoria al Real Madrid, tras batir a Pinto de cabeza tras un centro de Higuaín