MADRID.- En su tercera comparecencia en el Masters de Augusta el estadounidense Zach Johnson rompió cualquier pronóstico al adjudicarse la Chaqueta Verde de campeón, después de igualar con un golpe por encima del par del campo (289) el resultado más abultado para un ganador de este primer torneo de Grand Slam que abre la temporada.
En 1954 y 1956 se ganó con esa misma cifra de 289 golpes. Johnson, de 31 años y una única victoria en su bitácora en el circuito estadounidense (2006), fue el jugador que mejor sorteó los tremendos obstáculos que este año han convertido al Augusta National en una especie de monstruo irreconocible.
Johnson hizo una última vuelta de 69 golpes y salió de la caseta de firmas como líder y a le espera de lo que pudiesen hacer a partir de ese instante sus únicos perseguidores, el estadounidense Tiger Woods y el inglés Justin Rose.
Pero ni Tiger, fallón en los momentos claves, ni Rose aceptaron el reto de dar caza al sorprendente cabeza de torneo, por lo que Johnson, el número 56 del mundo y que estrenó paternidad en enero, alzó los brazos como nuevo ganador del Masters.
Phil Mickelson, campeón de 2006, cumplió con el rito de ayudar a enfundarse la Chaqueta Verde a Zach Johnson, un jugador con cara de ex boxeador y hoy el más feliz en el emblemático campo del estado de Georgia.
La segunda plaza fue compartida por los surafricanos Retief Goosen y Rory Sabbatini y el citado Tiger, los tres a dos golpes del ganador.
El éxito sonado de este golfista de Iowa, que conquista de esta forma su primer torneo de Grand Slam, dejó sin respuesta a Tiger, el número uno del mundo, quien buscaba su quinta prenda verde y que vio cortado, además, su particular "Tiger Slam" -conquistar los cuatro Grandes de forma consecutiva-.
Woods se presentó ante las últimas tres banderas con la necesidad de embocar al menos dos “birdies” para dar caza y superar al acertado Johnson.