RÍO DE JANEIRO.- El presidente del club brasileño Vasco da Gama y ex diputado federal Eurico Miranda, uno de los dirigentes futbolísticos más polémicos del país, fue condenado a diez años de prisión por evasión fiscal, informó hoy la prensa.
La condena fue impuesta ayer por la Cuarta Sala Federal Criminal de Río de Janeiro, que también le impuso al dirigente una multa de cerca de 53.000 reales (unos 27.000 dólares) por sus crímenes contra el orden tributario.
Miranda, en una nota divulgada hoy, afirmó que presentará un recurso contra la sentencia, lo que le permite esperar en libertad una decisión de un tribunal superior.
El dirigente alega que el propio Fisco, en un proceso administrativo, ya concluyó que no existen indicios de que hubiese evadido el pago de impuestos, por lo que no entiende por qué un juzgado lo considera culpable ahora.
"Sin que hubiese sido probada la evasión fiscal en el proceso administrativo, considero la sentencia judicial injusta y voy a presentar un recurso", afirmó el presidente del Vasco.
Según la fiscalía, Miranda dejó de declarar ante el Fisco ingresos por cerca de 274.000 reales (unos 134.975 dólares) entre 1999 y 2000, cuando ejercía un mandato como diputado federal en representación por el estado de Río de Janeiro.
Los fiscales aseguran que el dirigente deportivo utilizó las cuentas de empleados del club Vasco da Gama para movilizar los recursos no declarados.
Según el juez Flavio Oliveira Lucas, Miranda cometió un crimen con el agravante de que en la época ejercía un mandato como parlamentario. "Fue una conducta contraria a aquella que se podía esperar de un representante popular", afirmó el juez en su sentencia.
Miranda ha sido reo en diferentes procesos, desde evasión hasta negligencia en graves accidentes en el estadio del Vasco da Gama, pero ello no le ha impedido permanecer al frente de la presidencia del club de Río de Janeiro y derrotar en las elecciones a ídolos como Roberto Dinamite.
Pese a que fue reelegido presidente del Vasco en las elecciones del año pasado, un juez puso en duda el proceso electoral por denuncias de irregularidades y estudia la posibilidad de convocar a un nuevo pleito.
Las constantes polémicas del dirigente llevaron a la Comisión de Ética de la Cámara de Diputados a abrir un proceso en su contra que por poco le cuesta la pérdida del mandato, pero el diputado consiguió salvarse con el apoyo de algunos colegas, aunque no consiguió la reelección en las elecciones legislativas del año pasado.