BARCELONA.- Hace poco más de un mes era criticado con dureza por la prensa especializada, pero hoy pocos discuten que el brasileño Felipe Massa tiene todo el derecho a soñar con ser campeón mundial de la Fórmula 1 esta temporada.
"Super Massa", tituló hoy La Gazzetta dello Sport. "Massa grita Olé", añadió Tuttosport tras la victoria del brasileño en el Gran Premio de España.
Tras la carrera de Malasia Massa fue objeto de críticas por desperdiciar su "pole position", ser adelantado por sus rivales de McLaren, Fernando Alonso y Lewis Hamilton, y acabar quinto. Todo cambió tras sus triunfos consecutivos en Bahrein y España.
"¿Heredero de Schumi?", se preguntó La Reppublica. "El brasileño está ya en nuestro corazones", subrayó La Stampa. Y los elogios no llegaron únicamente de Italia. También en España, feudo del rival, admitieron el cambio de actitud del piloto de Ferrari: "Massa saca los codos", tituló el deportivo Marca".
En los tests de pretemporada ya había sido el más rápido, y se perfilaba como candidato número uno y líder de Ferrari tras la salida del multicampeón Michael Schumacher y la llegada de Kimi Raikkonen, al que lleva un año de ventaja en la "scuderia rossa".
Una avería le hizo salir muy retrasado en Australia, donde ganó Raikkonen. En Malasia el error fue suyo. Italia, sede de Ferrari, volvió a hablar de su inconsistencia y de que le venía grande su papel de aspirante al título. Habían transcurrido dos carreras y sumaba siete puntos. Alonso, Hamilton y Raikkonen eran la medida de todas las cosas.
Massa volvió así al papel de secundario que ejerció a la sombra de la personalidad de Schumacher. En Bahrein se desquitó con un triunfo, y volvió a repetir el domingo en Barcelona, donde disfrutó del cariño de los hinchas latinos.
Ahora, con 27 puntos es tercero en el campeonato tras dos fáciles triunfos de principio a fin, a sólo tres puntos del líder, el británico Hamilton, y aparece como fuerza emergente y principal amenaza en la fratricida lucha de McLaren.
"Tengo mucha confianza en mí y en el equipo por la forma en la que estamos trabajando", aseguró antes de ganar en Barcelona. Sabe que ahora Ferrari tiene todos los ojos en él, o al menos se los reparte igualitariamente con Raikkonen.
Schumacher y su aura ya no están, aunque sus consejos le son valiosos. "Le he dado las gracias por lo que aprendí el año pasado con él. Fue una buena escuela, aprendí mucho", dijo sobre el encuentro con el heptacampeón del mundo, que en Barcelona ejerció por primera vez a pie de pista su condición de asesor de Ferrari.
El domingo, con su agresiva defensa del liderazgo en la primera curva ante Alonso, recordó a Schumacher. Lejos quedaba el Massa adelantado en Malasia por los McLaren. En ese giro ganó el domingo la carrera con un "instinto asesino" estilo Schumacher y no evitó el roce real en carrera y dialéctico en la rueda de prensa con el español.
Tras la curva, victoria cómoda, en solitario, como la de Bahrein y la de Raikkonen en Melbourne. Tres victorias en cuatro carreras para Ferrari, que, sin embargo, no puede con la regularidad de los McLaren de Hamilton y Alonso en el Mundial de constructores. Las "flechas de plata" lideran con nueve puntos de ventaja.
La explicación hay que encontrarla en que los dos Ferrari nunca están juntos delante. Massa tuvo problemas en Australia y Raikkonen se retiró ayer en Barcelona. Ferrari está preocupado de cara al futuro.
"Terminar con sólo un coche es una preocupación. Necesitamos mejorar y hacer las cosas correctamente. La consistencia de ambos coches es muy importante para el campeonato. La fiabilidad es la clave, como está demostrando McLaren", reclamó Massa, ya con galones de mando.