CIUDAD DE MÉXICO.- Cancún, la joya turística del caribe, se convirtió hoy en la nueva casa del Atlante, representante como ningún equipo de la clase popular y con una historia errante de dueños, sedes y categorías en el fútbol mexicano.
La supuesta falta de afición decidió al empresario Alejandro Burillo, dueño del Atlante, a negociar el cambio de sede de la capital mexicana a las playas de arena blanca de Cancún, en las costas del caribe mexicano.
"Con gusto les digo a los quintanarroenses que el equipo Atlante, los Potros de Hiero del Atlante, se llamarán los Potros de Hierro del Atlante del estado de Quintana Roo", dijo el gobernador Félix González Canto.
El traslado a supone un gran avance en las intenciones del gobierno del estado de Quintana Roo de convertir a Cancún en una especie de "Meca" o unas nuevas "Las Vegas" del deporte mexicano.
Este año el gobierno de Quintana Roo logró llevar a Cancún el equipo Tigres del béisbol mexicano y ahora con el Atlante se consolidará la intensa actividad deportiva en este centro turístico que desean sus políticos.
Veladas de campeonatos internacionales de boxeo y una docena de campos de golf, con la primera parada de la PGA del golf de Estados Unidos, precedieron la llegada del béisbol en marzo de este año y del fútbol, a partir de agosto próximo con el torneo Apertura 2007.
El acuerdo para que Atlante juegue en Cancún tendrá una duración de diez años y supone la construcción de un nuevo estadio de fútbol. ya que el actual campo que hay en este balneario tiene un aforo para 7.000 aficionados.
La remodelación del estadio será pagada por el gobierno del estado, que invertirá unos 20 millones de pesos (unos 2 millones de dólares) y más adelante se construirá una nueva sede con aforo para 40.000 aficionados, explicó el gobernado
Desde su fundación en 1916, el Atlante representó mucho de la clase recién urbanizada de México con un amplio apoyo en las clases de menos recursos económicos que lo mantuvieron como uno de los clubes más populares en México.
Pero los problemas financieros siempre estuvieron presentes en el Atlante, que vivía al límite de las posibilidades de sus dueños, entre ellos el célebre general José Manuel Núñez, Fernando González, el estatal Instituto del Seguro Social, José Antonio García y Alejandro Burillo
Núñez acabó por vender al equipo en 1966, González lo cedió al IMSS en 1977, en lo que fueron los mejores años financieros del equipo, en 1989 lo compró García y años después le cedió la propiedad a Burillo.
A nivel deportivo, el Atlante ha tenido que cambiar en varias ocasiones de sede aunque siempre volvió a la capital mexicana. Este club ha jugado temporadas en las ciudades de Querétaro y Nezahualcóyotl.
En la ciudad de México, con 20 millones de habitantes, el Atlante también ha tenido varias casas, desde aquel viejo Parque Asturias, hasta el estadio Olímpico, el estadio Azul (ahora del Cruz Azul) y el Azteca, que al final le quedó grande con su aforo para 104.000 aficionados.
