Los jugadores sevillistas celebraron en Atenas su segunda Copa de la UEFA consecutiva.
AP
GLASGOW, Escocia.- El Sevilla FC ganó su segunda Copa de la UEFA de fútbol consecutiva al imponerse por 3-1 en penales al Espanyol de Barcelona, tras empatar 1-1 en el tiempo reglamentario y 2-2 en el alargue de un vibrante partido jugado en el estadio de Hampden Park en Glasgow, Escocia.
El equipo de Barcelona comenzó con mucho más ritmo y ambición. Pero los sucesivos ataques, que finalizaron con imprecisiones o en poder de la zaga, no llegaron a inquietar al arco andaluz.
En el minuto 18, cuando el Espanyol más insistía sobre la valla de Andrés Palop, éste un largo lanzamiento con la mano al brasileño Adriano, que se fue por la banda izquierda a mayor velocidad que la defensa, y entrando al área cruzó de derecha con clase el esférico al guardameta Gorka Iraizos, marcando el 1-0.
Diez minutos más tarde, el mediocampista espanyolista Albert Riera desbordó por la izquierda de su ataque, regateó con amagues a dos defensas sacando un gran derechazo, y el balón que tocó en la punta del botín del brasileño Daniel Alves, que intentaba bloquearlo, terminó de descolocar a Palop que voló sin chance hacia su izquierda (1-1).
Tamudo y Rufete en el bando catalán y Kanouté en el sevillista lo intentaron en la primera parte sin suerte. Y, así, con un justo 1-1, llegaron al descanso.
Comenzada la segunda parte, entró al campo de juego el uruguayo Walter Pandiani en el Espanyol que, más ofensivo, a los 58' casi marca el segundo gracias a un espléndido zurdazo de Riera, que Palop mandó al travesaño.
En el minuto 68, el árbitro sacó tarjeta roja al defensa del Espanyol Moisés Hurtado por una falta fuera del área, y todo parecía complicarse para el equipo de Barcelona. Pero, el tiro libre, mal ejecutado opor Alves, pasó lejos del larguero.
Raúl Tamudo dejó el brazalete de capitán de los albiazules a Iván De la Peña, y Jesús Lacruz entró al campo de juego para reforzar la defensa.Bajo una intensa la lluvia, con un hombre más, el Sevilla parecía más cómodo y el ruso Alexander Kerzhakov se perdió el segundo al rematar a las nubes un balón en el área espanyolista (78'), lo que volvió a ocurrir seis minutos más tarde tras una serie de rebotes.
Ninguno bajó los brazos, pero ni los andaluces supieron sacar partido de su ventaja numérica, ni tampoco, a pesar de su voluntarismo, el equipo de la ciudad condal, que trataba de ofender con Pandiani muy aislado y neutralizado por la defensa. De la Peña dejó su puesto al brasileño Jonatas Domingos sobre el final del tiempo reglamentario.
En la primera prórroga los pupilos de Juande Ramos parecían más enteros que los de Ernesto Valverde y ofendieron mucho más. Los primeros parecían estar en condiciones de repetir la Copa de la temporada pasada y los segundos veían planear el espectro de 1988, el de la final perdida en la tanda de penales ante el Bayer Leverkusen alemán.
Así, al final del primer cuarto de hora (105'), el francés Frédéric Kanouté punteó a la red, contra el palo izquierdo de Gorka, un balón que le llegó tras una elaborada jugada de ataque con toques por la derecha. La suerte ya parecía echada.
Pero, en el minuto 26 llegó el momento mágico para el Espanyol. Tras una combinación de ataque, Jonatas (115') clavó un derechazo desde fuera del área en el ángulo inferior izquierdo del arco de Palop: 2 a 2.
Después fue la tanda de penales, en la que los sevillistas estuvieron más certeros y contaron con una brillante participación de su portero Palop, para quedarse con la definición por 3-1, y con ella de nuevo la Copa.