Roberto Gutiérrez abrió la ruta del triunfo para la UC.
Juan Ernesto Jaeger, El MercurioSANTIAGO.- Lo gritos de la hinchada de Católica al término del partido resumen lo que se viene el próximo fin de semana: "Vamos, vamos cruzados, que el domingo al 'indio' hay que ganar". Venían de golear a O'Higgins 4-1, con una gran actuación, pero las miradas, los pensamientos y las apuestas están volcadas en la fecha que se viene: Colo Colo - Católica en el Monumental.
Y no es para menos lo que sienten los cruzados. Por primera vez en el torneo alcanzan a los albos en la punta. Ambos quedaron con 40 puntos, a la espera de lo que haga el equipo de Borghi mañana ante Audax Italiano en el estadio Nacional.
Pero no es todo. El cuadro de Del Solar completó doce fechas sin conocer derrotas y su juego se consolida cada vez más, con una sólida defensa, la verticalidad de Eros Pérez y el olfato goleador de Roberto Gutiérrez y Luis Núñez.
Pero para alcanzar a Colo Colo, los universitarios debieron ganar a un siempre complicado O'Higgins, que a ratos se atrevió, pero se encontró con un cuadro virado que en su mente tiene un sólo objetivo: ser campeón.
No fue fácil para Católica, a pesar del resultado. Recién a los 37 minutos logró abrir la cuenta, con tanto de Roberto Gutiérrez, pero cuando recién se jugaban 3 minutos del segundo tiempo, Alan Sánchez igualó para los rancagüinos en un polémico gol. Reclamaron que Felipe Flores, adelantado, había participado en la jugada.
Sintió este golpe el cuadro cruzado y encontró el camino a punta de goles. Claudio Muñoz a los 65', Luis Núñez a los 81' y 92' dejaron el definitivo 4-1, merecido para un equipo que fue en busca del resultado.
O'Higgins no mostró mucho y los errores en defensa los pagaron. La cara de Garcés después del último gol lo decía todo: el técnico buscaba una explicación en la galería tras la goleada.
Este partido ya quedó atrás. Las miradas quedan puestas ahora en el pleito entre Audax y Colo Colo. De no conseguir un buen resultado el cuadro albo, el apetito se le abre aún más a los cruzados que tras su repunte sueñan con alcanzar el título. Y dependen de ellos.