Alessio Tacchinardi abrió el camino para la victoria del
EFE
VILLARREAL.- Villarreal y Racing disputaron en El Madrigal un partido de fuerzas niveladas, en el que el dominio del balón correspondió en mayor medida al equipo cántabro, pero en el que los locales, sobre todo en el primer periodo, gozaron de más ocasiones de gol.
El equipo local amarró su quinta victoria consecutiva y mantiene algún objetivo europeo, mientras que el Racing ha dicho prácticamente adiós a la temporada.
Matías Fernández volvió a quedarse en el banco e ingresó al minuto 70 por Robert Pires.
Aunque el Racing manejó la pelota con cierta comodidad desde el principio del encuentro, el Villarreal llegó con más frecuencia a la meta de Toño y en la segunda ocasión llegó el 1-0. Fue tras un rápido contragolpe y un rechazo que Tacchinardi, de un disparo seco, envió a gol.
El partido avanzó hacia el descanso sin variar en sus planteamientos, ya que el Racing buscaba el gol sólo a través de los balones largos a Zigic, pero los centrales del "Submarino" no tuvieron excesivos problemas para neutralizar estas acciones, ya que en este encuentro al delantero serbio le faltó la ayuda de Munitis.Tras el descanso, el partido cambió poco en su juego, aunque bien pronto se produjo la jugada más polémica del encuentro, ya que los jugadores visitantes protestaron bastante el segundo tanto local.
Toño y Guille Franco cayeron en una jugada en la que disputaron un balón y Cani aprovechó la circunstancia para marcar el 2-0, entre las protestas de los jugadores cántabros.
De inmediato, el Racing prescindió de Zigic y empezó a jugar de otra forma, con balones más al suelo y bien pronto llegó el gol de los santanderinos en una buena jugada por la banda izquierda que resolvió Felipe Melo.
De ahí al final del encuentro, el partido estuvo dominado por el Racing, pero también como hasta entonces con posesión de balón, fútbol ofensivo, pero muy pocas opciones de gol.
El Villarreal pudo ampliar la cuenta en una jugada de Pires, pero las aproximaciones fueron muchas más a la meta de Viera, sobre todo en los diez minutos finales de la confrontación.
A medida que el encuentro se aproximaba a su conclusión, la intensidad en el ataque del Racing creció, ante un rival al que parecía pesarle el esfuerzo, ya que cada vez eran menos sus jugadas de ataque sobre la portería de Toño.
Al final, la afición local acabó pidiendo la hora de forma insistente, en un encuentro en el que las fuerzas estuvieron muy niveladas y quizá debió acabar en empate.