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Romario logró su anhelado gol mil y se retira del fútbol

El mejor jugador del mundo en 1994 anotó su esperado tanto durante el partido del Vasco da Gama frente al Sport of Recife.

20 de Mayo de 2007 | 18:54 | AFP
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De penal fue el gol de Romario y luego recibió la ovación de la hinchada.

Reuters
SAO PAULO.- El atacante brasileño Romario de Sousa Faria logró este domingo con el Vasco da Gama su milésimo gol durante el partido del Vasco frente al Sport of Recife en la segunda ronda del campeonato brasileño, cerrando a los 41 años con un gran final una carrera de casi tres décadas fusilando arqueros del todo el mundo.

Campeón en Brasil, España y Holanda, el 'Baixinho' tuvo su apogeo en 1994 cuando fue decisivo para ganar en Estados Unidos la Copa del Mundo y la FIFA lo eligió como el mejor jugador del planeta.

Como Pelé en 1969, Romario marcó su milésimo de gol de tiro penal.

Con su estatura de 1,69 y una velocidad física y mental asombrosa, Romario fue un azote en el área. Por más que un defensor siguiera todos sus movimientos, al menor descuido la jugada terminaba en gol.

"Romario es un jugador de dibujo animado", dijo una vez el ex delantero argentino Jorge Valdano, para ilustrar sobre lo impredecible de sus apariciones siempre rematadas con asombrosa frialdad.

Nacido el 29 de enero de 1996, surgió en el modesto Olaria de Rio de Janeiro en 1979. Pasó a Vasco da Gama en 1985 con fama de goleador de su club y de las selecciones juveniles de Brasil. Vasco da Gama lo transfirió al PSV Eindhoven de Holanda en donde hizo época. Marcó 165 goles en 163 partidos y fue campeón nacional 4 veces y una de  Europa.

Del PSV pasó al FC Barcelona, en la época dirigido por el legendario Johann Cruyff. Con los catalanes anotó 53 goles en 84 partidos y ganó la liga de 1994, de la cual fue su máximo anotador.

Amante de la noche, se fue del FC Barcelona para el Valencia dando un portazo debido a los encontronazos con Cruyff, un técnico que exigía disciplina dentro y fuera del campo.

Tras un breve pasaje por el Valencia, en donde marcó 14 goles en 21 partidos, volvió a Brasil en 1996 para seguir perforando redes con las camisas de los equipos más populares de Rio: Flamengo, Fluminense y Vasco da Gama.

Romario siempre trató de construir su propia imagen y no le importó ser  tildado de "chico malo" y hasta insoportable por sus compañeros.

"Salí el jueves y saldré hoy y a quien no le guste que se joda. Los compañeros que se jodan, pues a ellos no les tengo que dar explicaciones", dijo una vez.

Ya canoso, volvió a decir hace poco que no le importa ser un espejo para los futuros futbolistas. "Lo que debe tener buena imagen, es el televisor", dijo.

A los 41 años, cuando los jugadores están jubilados o son directores técnicos, Romario salió del ostracismo causado por su pasaje por equipos de Qatar, Australia y Estados Unidos y decidió cerrar su carrera a toda orquesta.]

Altivo como siempre y con su lengua más afilada que nunca, volvió a convertirse en el centro de las atenciones al anunciar que estaba a un paso del gol número 1.000; cifra mágica apenas superada en Brasil por Pelé.

Siempre reacio a entrenamientos y concentraciones, adelgazó, llegó a los 74  kilos que tenía en el Mundial de 1994 y entrenaba cuatro veces por semana; algo  absolutamente inusual en su carrera. También disminuyó sus incursiones en la noche del Rio, de cuyas discotecas y bailes funks es un habitué.
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