MALIBÚ.- La audiencia de arbitraje sobre el caso de dopaje contra el ciclista estadounidense Floyd Landis concluyó con más interrogantes que respuestas después de nueve días de testimonios en una sala de la Universidad de Pipperdine.
A la espera de saber cual será la decisión final de los tres jueces independientes que darán su veredicto sobre el caso, las audiencias y los testimonios dejaron más de una sorpresa, drama y sobre todo más cuestionado que nunca la figura de Landis.
Si la estrategia de Landis, que permitió que la audiencia fuese pública, fue la de conseguir despejar de dudas su carácter y personalidad de hombre de principios, lo sucedido la pasada semana durante el testimonio del tricampeón del Tour de Francia, su compatriota Greg LeMond, le generó el efecto contrario.
Inclusive podría verse involucrado en una demanda legal que está en proceso de investigación por la policía de Malibú contra su ex asesor de negocios y amigo de Landis, Will Geoghegan, que amenazó telefónicamente a LeMond para que no se presentase a dar su testimonio.
El proceso de audiencia, como se esperaba, en lugar de despejar dudas o aclarar aspectos científicos del desarrollo de las pruebas de laboratorio que se le hicieron a Landis con sus muestras “A” y "B” de orina, al final quedo todo más confuso y con la figura y personalidad de Landis más cuestionada que nunca.
Testimonios
Además, durante los testimonios se entremezclaron el drama de alegatos de presiones a testigos, como fue el caso de LeMond, quien además descubrió su secreto que había sido abusado sexualmente cuando tenía seis años y con el que lo intentaron intimidar.
También se entablaron discusiones acerca de la elección de la ropa que Landis se puso durante los nueve días de testimonios, máquinas con fallos técnicos, profesionales poco experimentados e investigaciones científicas amañadas, entre otros aspectos.
Por si todo lo anterior no hubiese sido suficiente, Landis, que dio positivo a una alto nivel de testosterona sintética después de la decimoséptima del pasado Tour de Francia, que ganó, ahora tendrá que esperar al menos un mes antes que conozca el veredicto de los tres jueces que formaron el tribunal de arbitraje.
Los mismos que durante nueve días y largas sesiones de trabajo escucharon los diferentes testimonios y que ahora con toda la documentación recogida tendrán que estudiar y discutir antes de poder emitir un veredicto, con el que tampoco se acabara el proceso.
Cualquiera de las dos partes que resulte perdedora tendrá la oportunidad de presentar su caso ante el Tribunal de Arbitraje para el Deporte, que será la última instancia a la que se tiene acceso para recurrir.
Después de haber visto el martes por segunda vez en el la silla de los testigos a Landis para enfrentarse al interrogatorio de los abogados de la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (USADA, con las siglas en inglés), en el que no le fue nada bien, la última jornada de las audiencias volvieron a centrarse en el aspecto científico y con los argumentos finales de ambas partes.
El testimonio científico lo protagonizó el experto británico en espectrometría Simon Davis, que como todos los testigos presentados por los abogados de Landis, calificó el laboratorio francés de Chatenay-Malabry como “inadecuado” tanto en su material como en el personal especializado.
Davis, que observo las pruebas que se hicieron con la muestra “B" de orina de Landis, el pasado mes de abril, dijo que los datos ofrecidos por el laboratorio habían sido manipulados y describió el instrumento utilizado como “inadecuado y generador de números muy altos y al azar".
El experto dijo también que evidencia considerada como crítica había sido eliminada del sistema de la computadora del laboratorio.
"Quedé desbordado por la forma como utilizaban el proceso de forma manual,” reiteró Davis, quien dijo que esperaba que la segunda muestra de Landis iba a ser realizada mediante un programa mucho más moderno que el de 10 años de antigüedad con la que hicieron también la primera.
Pruebas de dopaje
El equipo de trabajo y asesoría de Landis ha reivindicado que el laboratorio francés no reúne los requisitos que ya existen a nivel internacional para hacer las pruebas de dopaje.
Luego llegó el último enfrentamiento entre los abogados de Landis y la USADA cuando tuvieron que definir quien iba a tener la última palabra.
El enfrentamiento lo ganaron los abogados de Landis, que fueron los últimos en ofrecer los argumentos finales, que utilizaron para volver a cuestionar todo el proceso desde la recogida de las muestras de orina hasta que el laboratorio francés dio los resultados.
El abogado principal de Landis, Maurice Suh, fue categórico cuando dijo a los tres jueces que lo que entró y sale del laboratorio no es más que “basura".
De esa manera tan gráfica fue como se expreso Suh ante el panel de los tres jueces para expresar su opinión de los métodos que se habían utilizado en el caso de antidopaje de Landis y que dieron positivo.
Antes habían expresado sus argumentos finales los abogados de la USADA, encabezados por Richard Young, y en los mismos aportaron las pruebas en las que Landis había utilizado testosterona sintética para obtener la victoria en el Tour de Francia del 2006 y además también cuestionaron y atacaron su carácter.
"Normalmente lo que uno llega a escuchar en un caso como éste es lo que uno puede hallar en las muestras de orina de un atleta. Pero en este caso, los acontecimientos y las pruebas también nos han dado un vistazo a lo que tiene este deportista en mente,” destacó Young.
El abogado de la USADA se refería a la declaración de LeMond, que protagonizó el día negro y desastroso para el grupo de trabajo de Landis, al dejar a su cliente mucho más cuestionado que cuando comenzaron las audiencias, especialmente en cuanto a su carácter y personalidad.