MILAN.- Cincuenta y cinco mil fanáticos desafiaron a la lluvia en el estadio San Siro para festejar con el plantel de AC Milan la obtención de la séptima Liga de Campeones en la historia del club, el miércoles en Atenas.
El ingreso gratuito de los abonados y el precio simbólico de un euro para quienes no lo son -en una recaudación destinada a la Fundación Milan- favoreció el marco multitudinario que tuvieron los festejos.
La ceremonia, conducida por Teo Teocoli y Federica Fontana, dio comienzo paradójicamente con "Get back", tema de los Beatles, banda legendaria de Liverpool, la ciudad de su derrotado rival en la final del torneo continental de clubes.
Bailarinas y acróbatas animaron con ritmo frenético la puesta en escena ensayada para la ocasión, en la que no faltó un video reproducido en pantalla gigante que recopiló los últimos 20 años del Milan, al mando de Silvio Berlusconi, quien se perdió la fiesta por compromisos políticos.
El climax de la velada, sin embargo, lo dio la llegada del plantel, encabezado por el arquero brasileño Dida y por el legendario capitán Paolo Maldini, que de éxitos conoce y mucho y quien el miércoles alzó la Champions League por quinta vez en su vida.
No podía faltar tampoco el técnico Carlo Ancelotti, quien supo ganarse el afecto de los aficionados, pese a haber sido puesto más de una vez en discusión, sobre todo cuando el escándalo de corrupción en el calcio amenazó con dejar a Milan fuera de las copas europeas.
Los mayores aplausos, sin embargo, se los llevaron el zaguero Alessandro Costacurta, que se despedirá del fútbol al final de esta temporada, y el astro brasileño Kaká, goleador de esta Liga de Campeones y gran candidato al Balón de Oro este año.
Jugadores, cuerpo técnico y simpatizantes se cuidaron muy bien esta vez de no hacer referencia alguna hacia sus "primos" de Inter, contra quienes ni siquiera se escuchó cántico alguno desde las gradas. Esto, claro está, se vio favorecido por la polémica que generó una bandera que exhibieron los jugadores a su paso por la ciudad, en la víspera, y que rezaba: "Inter, métete el 'scudetto' en el culo".
La cuestión quedó zanjada, al menos a nivel diplomático, después de que el titular de Inter, Massimo Moratti, aceptase las disculpas de Milan por el exceso, considerado por otros como algo normal en un clima de euforia como el que se vivió en las últimas horas.
La fiesta, en la que participó la alcaldesa de Milán, Letizia Moratti, se cerró a toda orquesta con fuegos artificiales, sin desmanes y en paz como el fútbol lo merece, y con una lluvia que no logró opacar la felicidad de sus participantes.