A Argentina le bastaron 15 minutos de buen fútbol para derrotar a Argelia

BARCELONA.- Veinte minutos de inspiración de Lionel Messi y los suyos en la segunda mitad permitieron a Argentina darle la vuelta a marcador y vencer por 4-3 a la selección de Argelia, que tuvo contra las cuerdas a su rival en la primera parte pero que acabó desfondada en la recta final.

Parecía que el partido sería un paseo para el conjunto sudamericano cuando a los dos minutos de juego Carlos Tevez transformó un inocente penal cometido por Bouzid sobre Diego Milito (1-0).

Sin embargo, el dominio de la albiceleste, que combinaba entre líneas en busca del segundo gol, sólo duro diez minutos, el tiempo que necesitó Argelia para recomponerse del tropiezo inicial y empatar el encuentro.

Un córner botado al primer palo por Belhadj lo peinó Yahia hacia atrás y la trayectoria del balón sorprendió a Roberto Abbondanzeri, que pudo hacer algo más para evitar el tanto del conjunto africano (1-1).

Con la igualdad de nuevo en el marcador, fue Argelia quien más peligro llevó hasta llegar al descanso. El combinado que dirige Jean-Michel Cavalli exhibió todas las virtudes del renacido fútbol argelino: potencia en el centro del campo, velocidad por las bandas e incorporación de la segunda línea en cada llegada.

Argentina intentaba llevar el peso del encuentro, pero al equipo sudamericano se le vio en la primera mitad falto de ideas en la mitad de la cancha y poco coordinado en el trabajo defensivo, dos aspectos que deben preocupar a Basile a tres semanas vista del inicio de la Copa América.

La asfixiante presión de Argelia en el centro del campo impedía a Fernando Gago distribuir el juego con fluidez y sólo Messi, al que Basile volvió a colocar de enganche, por detrás de los dos delanteros, creó cierto peligro en los primeros cuarenta y cinco minutos, a excepción de un gol anulado a Nicolás Burdisso por fuera de juego.

Messi en uno de esos slalom con el balón cosido a la zurda que tanto le gustan, a punto estuvo de sorprender a Hadjaoui a los 39 minutos y adelantar de nuevo a los suyos, pero fue otra vez Argelia la selección que vio puerta al filo del descanso.

Una falta escorada desde la derecha que sacó el lateral Belhadj, la estrella del fútbol argelino junto al mediapunta Ziani, ex jugador del Deportivo, volvió a sorprender a un desafortunado Abbondanzeri, que se comió otro centro envenenado que acabó en gol (1-2).

En la segunda parte, Basile sentó a Gago y dio entrada a Javier Mascherano. Argentina mordió más en el mediocampo, se aplicó en la presión, recuperó el balón más arriba y fue por el partido desde el primer minuto de la reanudación.

En tres o cuatro destellos, la albiceleste le dio la vuelta al choque. Messi avisó primero con un disparo al poste y empató poco después al transformar un penal que el mismo provocó (2-2).

Cambiasso, que conectó de tremendo testarazo un centro por la derecha de Zanetti, hizo el tercero un minuto después, y Tevez a punto estuvo de meter el cuarto en la jugada siguiente, pero cruzó demasiado el balón ante la desesperada salida de Hadjaoui.

Fue un cuarto de hora de un fútbol de alta escuela que desató la locura de la enfervorizada hinchada argentina, que apenas completaba la mitad de la primera corona del Camp Nou pero cuyos cánticos superaban los decibelios que se registran habitualmente cuando el estadio está lleno.

Tras unos minutos de tregua, Messi redondeó el marcador al culminar una bonita combinación con Pablo Aimar (4-2), pero Abbondanzeri, que parecía empeñado en ponerle algo de emoción al duelo, volvió a regalar otro gol a los argelinos, en la jugada siguiente.

La acción fue casi calcada a la del segundo tanto africano: falta que Belhadj saca con mucha comba y el bote desconcierta al meta argentino antes de besar la red (4-3). Quedaba un cuarto de hora para el final y otro error de Abbondanzeri había dado vida a una Argelia que no se había acercado con peligro en toda la segunda mitad.

Sin embargo, el combinado africano ya no incordiaría más e incluso Argentina pudo aumentar su renta en otra jugada entre Messi y Aimar -la compenetración que ambos exhibieron en la segunda mitad fue lo mejor de la noche-, que el jugador del Zaragoza malogró al disparar alto.