BUENOS AIRES.- Miguel Angel Russo, ex entrenador de Universidad de Chile y actual adiestrador de Boca Juniors, afrontará en la final de la Copa Libertadores frente al Gremio brasileño el desafío más importante de su carrera que comenzó hace 18 años.
El técnico que ganó una Liga en su país en 2005 con el Vélez Sarsfield y que anteriormente había llegado a las semifinales del torneo continental con los azules en 1996, ha dicho en las horas previas al partido de ida de la fase decisiva que en estas circunstancias "no hay margen para el error".
Russo, discípulo de Carlos Bilardo, que lo dirigió en el Estudiantes campeón argentino de 1982, es un entrenador respetado en Argentina, que tiene buena prensa pero que carga con la pesada mochila de haber tenido como antecesores exitosos en el cargo que ocupa nada menos que a Carlos Bianchi y Alfio Basile.
No aguantan mucho tiempo en Boca los técnicos que no ganan títulos, y en el comienzo de su ciclo como responsable del equipo más popular de su país ya ha perdido el Clausura 2007, que ha quedado en manos del San Lorenzo de Almagro una jornada antes de su finalización.
Russo apuntaba en el primer semestre del año a la "doble corona": el Clausura y la Libertadores, lo cual no ha logrado jamás un equipo argentino hasta ahora, pero el desgaste que sufrió el conjunto auriazul en el trajín que supone disputar ambos torneos con cambios mínimos en la alineación quemó el primer objetivo.
El exitoso presente boquense, que está a punto de cumplir una década en la que no se ha privado de ningún título local e internacional, pone a Russo entre la espada y la pared, porque lo que en Boca no es éxito equivale a fracaso.
Russo, nacido en abril de 1956, fue centrocampista del Estudiantes, el único club en el que jugó, entre 1975 y 1998. En sus últimos años como jugador cumplió con el curso de entrenador y debutó como tal en la Segunda División argentina en 1989 con Lanús, conjunto con el que ascendió a la categoría de honor.
Más tarde estuvo tres años al frente de la plantilla de Estudiantes, equipo con el que logró el ascenso a la primera categoría en los años noventa y en 1996 dirigió al Universidad de Chile.
Su carrera continuó en Rosario Central (1997-98), Salamanca de España (1998-99), Morelia de México y Colón de Santa Fe, Argentina (1999), Lanús (2000), Los Andes (2001), Rosario Central (2002-2003) y Vélez Sarsfield desde 2004 hasta ser fichado por el Boca Juniors en diciembre pasado.
Cada vez que Russo comparece ante la prensa como entrenador boquense insiste con la frase "esto es Boca", con la que manifiesta el apoyo a su gestión de una historia gloriosa que supone un plus de altísima importancia que supera cualquier valorización.
"Dirigir a Boca Juniors era mi gran anhelo", dijo en diciembre tras firmar su contrato. "Boca Juniors es un halago en mi carrera", aseguró poco más tarde.
"No hay margen para el error" dice ahora, en el momento crucial de su presente como conductor del equipo más popular de su país.
