Boca quiere extender sus festejos este miércoles en Porto Alegre.
France Presse
BUENOS AIRES.- Miguel Ángel Russo, entrenador del Boca Juniors, dijo que su equipo tiene que estar al margen de todo lo que rodee al partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores frente al Gremio brasileño, el miércoles, ante la posibilidad de que se produzcan disturbios y hostilidades contra sus jugadores.
"Hay que mantener la calma para poder manejar todo esto. Nosotros pensamos en 90 minutos de juego, sabemos que tenemos una ventaja (3-0) y debemos ir y jugar, todo lo demás correrá por cuenta de la parte organizativa", afirmó Russo tras el entrenamiento de la plantilla.
Las autoridades de la ciudad brasileña de Porto Alegre anunciaron hoy "tolerancia cero" con los promotores de desórdenes durante el encuentro que se disputará en el estadio Olímpico de esa ciudad.
"Quien vaya al estadio pensando en confusión va a terminar en la comisaría", afirmó el coronel de la Policía Militar Paulo Mendes, sub comandante de la Brigada Militar.
Russo dijo que "es muy difícil" saber cómo jugará el Gremio. "Nosotros tomaremos todas las previsiones", añadió.
"Es un ida y vuelta, y ganará el que esté mejor en los 90 minutos. Ellos tienen que revertir un resultado de 3-0, y nosotros tendremos que hacer lo nuestro", comentó.