Este año el Sevilla logró levantar la Supercopa europea y la Copa de la UEFA.
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MADRID.- El Sevilla coronó una temporada de ensueño. Tras levantar la Supercopa europea y la Copa de la UEFA, hoy celebró su tercer título, el de la Copa del Rey, con mucho menos fútbol, pero con la experiencia suficiente para derrotar a un Getafe que fue un digno y justo finalista.
Kanouté fue el gran protagonista. Hizo el gol de la victoria y fue expulsado cuando el encuentro finalizaba. No fue una final por la que futbolísticamente el Sevilla pueda presumir. Pero las finales no se juegan. Se ganan. Y el Sevilla culminó con este triunfo una temporada inolvidable.
Su enorme derroche físico, jugando todas las competiciones hasta el final, disculpan un partido que supo encarrilar rápidamente. El Getafe jugó mejor, pero su falta de acierto en la delantera fue alarmante. El Sevilla se movió mucho mejor en el partido. Necesitó muy poco para ganar. Firmó un segundo tiempo para el olvido, pero maneja parámetros de clubes grandes.
Aunque fue el Getafe quien pudo abrir el marcador cuando Dani Güiza, solo delante de Palop, no supo batirle en una clara ocasión de gol, que pudo cambiar la final.
De inmediato Kanouté le robó un balón a Pulido, tras un grave error en la recepción del balón, y el jugador de Malí encaró y batió por abajo a Luis García. Esa fue la diferencia de la final. Palop y Kanouté. Los dos decisivos. Ante un Getafe que cometió numerosos errores defensivos. Y en una final, esos errores se pagan.
El Getafe, eso sí, nunca se arrugó. Dio la cara. Especialmente por la derecha con una labor encomiable de Mario Cotelo. Fue el futbolista del Getafe más enchufado a la final. Calidad, desborde, siempre intentó el uno contra uno ante Dragutinovic, quien sufrió en demasía por ese costado.
En el segundo tiempo, el Sevilla nunca tuvo el control del partido. Tanto Navas y Puerta desaparecieron y el Getafe apretó, pero sin determinación. Palop, con sobriedad, diluyó todos los intentos ofensivos azules, inocentes en su mayoría. Al Getafe le faltó llegada, definición, detalles que en una gran final son decisivos. Detalles que hoy coronan al Sevilla como el nuevo "Rey" de España.