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José Santos: "El 21 de julio es la hora de la verdad"

José Santos se practicará ese día los exámenes que darán luz sobre la evolución de las graves fracturas que sufrió en febrero pasado. "Solo seguiré si estoy bien recuperado", advierte desde Estados Unidos.

29 de Junio de 2007 | 17:15 | Patricio Muñoz, enviado especial a EE.UU.
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Este año Santos fue incorporado al Salón de la Fama de la hípica estadounidense.

Mario Muñoz

NUEVA YORK.- José Santos baja de su impecable Mercedes Benz del año, en las afueras del mítico hipódromo neoyorquino de Belmont Park. Baja sonriendo con la amabilidad de los grandes que, pese a ganarlo todo, siguen siendo tan sencillos como en los comienzos, allá por los 70, en el Club Hípico de Concepción.


Viste polera, pantalón de lino blanco y sandalias para tratar de capear el calor húmedo que por estos días de apodera de la "Gran Manzana" y que a la hora de la entrevista con EMOL se empina sobre los 35 grados.


Por estos días, José Santos se enfrenta a uno de los desafíos más importantes de su carrera. Recuperarse de las graves heridas que sufrió el pasado 1 de febrero, cuando se quebró tres vértebras y estuvo a unas milésimas de quedar inválido.


"El 21 de julio es la hora de la verdad, se podría decir, porque ese día me voy a hacer unos exámenes completos, son unas especies de fotografías que le toman a los huesos. Si las fracturas soldaron bien podré seguir con la recuperación y empezaría una preparación física intensa. En todo caso, no creo que vuelva a correr antes del próximo año", señala con un dejo de preocupación mal disimulada.


Y es que este jinete chileno de 45 años es un apasionado de lo que hace. Millonario en premios, Santos podría haber dicho adiós a la hípica el mismo día que despertó internado en un hospital producto de sus heridas, pero él quiere seguir corriendo "unos seis o siete años más si es posible", confiesa sonriendo.


“En todo caso, la decisión que tome será con el mismo profesionalismo con el que he tomado toda mi carrera. Seguiré sólo si estoy en condiciones de hacerlo, porque los médicos fueron claros, si me caigo otra vez puedo quedar inválido y no quiero arriesgarme a que eso me pase, uno tiene hijos por los que cuidarse", reflexionó.


Respecto de su rutina actual en Nueva York, Jose Santos dice que busca pasatiempos y no le va mal en el intento. "Estoy dedicado a descansar, concentrado en mi terapia para tratar de recuperarme pronto y volver a hacer lo que más me gusta que es correr caballos. Recién estoy empezando, no puedo hacer actividades físicas muy intensas, con mucho rebote. He leído mucho y también he aprovechado de disfrutar a mis hijos", cuenta en Belmont Park, el recinto que ha visto la mayoría de sus triunfos en Estados Unidos.


Un apoyo fundamental son sus amigos chilenos que han llegado a trabajar en Belmont Park, todos en actividades ligadas a la hípica, aunque ninguno con el éxito abrumador de Santos en las carreras.


"Vemos los programas de televisión chilenos, hacemos asaditos los fines de semana y jugamos dominó, tengo un compañero con el que estamos invictos. Aceptamos desafios", señala riendo mientras mira de reojo al grupo de compatriotas que no pudo evitar reunirse alrededor de quien, como lo definen los otros jinetes aquí, ya es una leyenda de la hípica estadounidense.

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