ALBI.- El kazajo Alexandre Vinokourov, del Astana, volvió a demostrar su condición de gran favorito con una enorme exhibición en la contrarreloj de Albi, en la que Alberto Contador (Discovery) fue el primer español y se colocó tercero en la general, mientras que Alejandro Valverde e Iban Mayo perdieron más de seis minutos y se hundieron hasta desaparecer del "top ten".
El favorito en Londres, el ídolo kazajo de las rodillas destrozadas, no estaba en quiebra, estaba solo herido. Lo demostró de manera portentosa para imponerse en la cronometrada de 54 kilómetros, en la que invirtió 1h.06:34, a una media de 48,7 kms/hora. y ha ganado diez puestos en la general.
Segundo fue el australiano Cadel Evans (Predictor) a 1.14, y tercero Kloden (Astana) a 1:39. El jefe del Astana ya está noveno en la general a 5:10 del danés Rasmussen, que guardó el maillot amarillo al perder "solo" 2:55.
Alberto Contador (Discovery) salvó los muebles en el apartado español, porque el batacazo fue potente. El escalador madrileño, magnífico, fue séptimo a 2:18 de Vino, por lo que saltó al tercer puesto de la general y alumbró la esperanza hasta el largo camino hacia París. Será el faro que ilumine la entrada en Pirineos, donde se avecinan grandes batallas.
Alejandro Valverde mostró su peor cara. El murciano hizo una cronometrada decepcionante. Incluso fue doblado por Rasmussen, no precisamente un especialista. Perdió en meta 6:08 minutos, cuatro segundos más que Iban Mayo. "Sabía que iba a perder un tiempo importante. Hice lo que pude y ya está", dijo el jefe de filas del Caisse D'Epargne, afectado por un descalabro que le despeñó del segundo al undécimo puesto de la general. Y Mayo lo mismo pero un puesto después.
No todo fue negativo para el grupo español. Menos mal. Mikel Astarloza (Euskaltel) fue décimo a 2:42 y es décimo en la general a 5.07, Juanma Gárate (Lampre) y Juanjo Cobo acabaron 15 y 16 respectivamente, Pereiro el 19 a 3:23 y Sastre se dejó 4:01, pero aguantó séptimo en la lista de principales a 4:45, aún con vida.
Rasmussen aguantó la prenda dorada en vísperas del primer acto pirenaico. Se hizo fuerte el escalador danés y defendió con uñas y dientes la prenda dorada. Ahora tiene como principales enemigos a Cadel Evans, a 1 minuto y a Contador, la perla del ciclismo español, el ganador de la París-Niza, a 2:31. El Astana, además de la reacción de Vino, celebra la cuarta plaza de Kloden a 2:34 y la sexta de Kashexhkin a 4:23.
El Tour salió muy vivo camino de la montaña, con la clasificación apretada. La contrarreloj en Albi, la ciudad natal del pintor Toulouse Lautrec, tuvo mucha repercusión y marcó diferencias, como se esperaba, y aportó una brava reacción de Vinokourov que se vio venir desde su despegue en la rampa de salida.
La primera referencia a tener en cuenta fue la del británico Bradley Wiggins, el campeón del mundo y olímpico de persecución, que paró el cronómetro en 1h.08:48. El suizo Cancellara, sin embargo, fue la primera gran decepción porque por culpa de una caída llegó a más de 6 minutos del corredor del Cofidis. Líder la primera semana del Tour , el corredor del CSC tuvo una experiencia para olvidar.
La marca de Wiggins empezó a ser triturada por Vinokourov desde el primer punto intermedio, en el km 18, donde el kazako ya había dejado claro que es un corredor recuperado y con ambición depredadora. En la cima de la Cota de Bauzié (4a, km 38,5), Vino ya tenía contra las cuerdas a Valverde, que cruzó a 4:34 del campeón de la Vuelta. Nadie se acercaba al registro de 50:07 minutos que había señalado el resucitado Vino, el mejor en una prueba larga, disputada sobre asfalto mojado y recorrido muy exigente, en el que algunos se fueron al suelo, como Cancellara, Kloden, Kashechkin, Gusev, Isasi....
Pero esta vez Vinokourov no se cayó. Sabe que a sus 33 años tiene tal vez su última oportunidad para llevarse a casa el Tour de Francia, en cuyo historial aparecen 4 victorias suyas. A sabido salir airoso de un calvario y quiere dirigirse hacia la gloria. Los Pirineos nos sacarán de dudas. Que cuenten con el gran Vino.
El Tour entra en los Pirineos con la disputa de la decimocuarta etapa entre Mazamet y Plateau de Beille, de 197 kilómetros, primer final en alto en esta cordillera. El Col de Pailheres (16,8 kms al 7,2 por ciento) será la principal dificultad antes del ascenso final, un puerto de 15,9 kms al 7,9 de pendiente media.