El último trabajo de Marcelo Bielsa fue definir las jugadas que definieron el Mundial 2006.
ReutersSANTIAGO.- Las cosas van a cambiar en el fútbol chileno. Y eso, ya es mucho decir. La llegada de Marcelo Bielsa a la banca de la selección provocará obligatoriamente un cambio en las concepciones con que se trabaja, por lo menos en los temas relacionados con todos los representativos nacionales.
Primero y ante todo. Marcelo Bielsa es un obsesivo del trabajo. Cada hora en que los jugadores estén a su disposición, el entrenador la aprovechará para intentar mecanizar movimientos tácticos de sus equipos. Detalles como la manera en que un equipo defiende en un córner, cómo atacar por el flanco izquierdo y qué movimientos hacen los que no están interviniendo directamente en la jugada. Todos repetidos decenas de veces, hasta que se hagan con la prolijidad que el técnico exige.
Nada quedará librado al azar. Ni en lo táctico, ni en lo logístico. Ejemplo: en un su reciente visita a Chile, el argentino aún no decidía si aceptaría la propuesta de la ANFP y ya se permitió sugerir una modernización radical del complejo Juan Pinto Durán, que deberá ser su centro de operaciones y sitio de concentración.
Respecto de su ideología futbolística, el ex técnico de Newell's Old Boys y la selección argentina arma sus estructuras pensando en atacar con equlibrio, es decir, que las variantes ofensivas no pasen por desprotegerse o ser un equipo que no sabe defender.
Para los conocedores del fútbol argentino, vaya la última formación de Argentina antes de su largo receso en septiembre de 2004, en la que utilizó un 3-3-1-3. Los nombres fueron Abbondanzieri; Coloccini, Heinze, G. Milito; Zanetti, Mascherano, C. González; D'Alessandro; Rosales, Tévez y Delgado.
Para recrear esto con futbolistas chilenos, Bielsa ha preguntado por las razones de la renuncia de David Pizarro, y ha pedido a sus colaboradores un seguimiento de los seleccionados Sub 20 que fueron terceros en Canadá. Con una pizca de sentido común, se cree atendible el rumor que dice que el técnico utilizaría a Arturo Vidal como uno de los tres zagueros centrales y a Alexis Sánchez como puntero derecho.
Equipo de trabajo
Al margen de sus más estrechos colaboradores, entre los que destaca el preparador físico Luis María Bonini, Bielsa se rodea de aproximadamente una decena de personas a las que solicita informes periódicos de los jugadores que no tiene ocasión de ver con frencuencia.
Ya se sabe que mantuvo contactos con el entrenador de Tecos, su ex dirigido en Newell's, Darío Franco, a quien le solicitó informes respecto del rendimiento de los chilenos Hugo Droguett, Rodrigo Ruíz y Nelson Pinto, además de otros jugadores que militan en el fútbol azteca.
Al margen de Bonini, hasta ahora Bielsa no ha dado señales de quiénes serán sus acompañantes en esta aventura, pero ha trascendido que otro que pasó por las filas de Newell's y que conoce muy bien el fútbol chileno será del staff: el ex jugador de Universidad Católica, Ricardo Lunari.
Marcelo Bielsa nació el 21 de Julio de 1955 en Rosario, Argentina. Debutó como futbolista profesional el 29 de febrero de 1976, en el puesto de defensa central.
En su carrera como técnico destacó en la conducción del equipo que lo vio nacer. Asume en julio de 1990 y obtuvo el torneo de Apertura ese mismo año. Llevó al club de su ciudad a disputar la final de la Copa Libertadores de 1992, que perdió a manos de Sao Paulo.
Tras un exitoso paso por México, donde incluso declinó dirigir a la selección mexicana, Bielsa regresó a Argentina para entrenar a Vélez Sarsfield, con el que de inmediato gana el título del torneo Clausura 1998.
En septiembre de 1998 asume la conducción de la selección Argentina en reemplazo de Daniel Pasarella. Arrasa en las eliminatorias sudamericanas, lleva al equipo a ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, el único trofeo que los argentinos no habían conseguido en esta disciplina.
Sin embargo, pese a su buen trabajo, pese a sus llamativos resultados y pese a que sus equipos jugaron generalmente bien y de manera vistosa, su traspié en el Mundial de 2002, donde no avanzó a la segunda ronda, le ganó la antipatía de un sector de los hinchas y la prensa especializada trasandina.
Sorpresivamente, luego de la medalla de oro en Grecia y de ganar a Perú por las clasificatorias para Alemania 2006, Marcelo Bielsa decidió renunciar a su cargo por razones personales y se marchó sin dar nunca mayores explicaciones.
De ahí en adelante, había rechazado una serie de ofertas para dirigir seleccionados y equipos de primera división, por lo que su arribo a Chile ha sorprendido fuertemente, especialmente a los argentinos.