BUENOS AIRES.- El Gobierno argentino dejó hoy a criterio de la Justicia la disputa o no del partido que River Plate debe jugar en su estadio el próximo domingo por el torneo Apertura luego del asesinato de un hincha violento de ese club.
Así se lo informó el ministerio del Interior al juez Luis Rodríguez, que investiga el crimen de Gonzalo Acro, de 29 años, fallecido este jueves tras ser atacado a balazos en Buenos Aires dos días antes, informaron fuentes oficiales.
El magistrado había solicitado hoy al subsecretario de Seguridad en los Espectáculos Futbolísticos, Javier Castrilli, que evalúe postergar o suspender el encuentro entre River y Newell's Old Boys correspondiente a la segunda jornada de la Liga de Primera División.
"Pongo en su conocimiento que este Ministerio del Interior tiene programado el dispositivo de seguridad con relación al evento deportivo que se llevará a cabo el próximo 12 de agosto entre River Plate y Newell's Old Boys”, dice la nota que el organismo remitió al juez.
El escrito, que lleva la firma de la viceministra del Interior, Silvina Zabala, deja a criterio del magistrado “la conveniencia y consideración acerca de la postergación o suspensión del citado encuentro en el marco de las circunstancias que se plantea”.
A su vez, en una nota dirigida a Castrilli el juez Rodríguez dijo que los medios de comunicación argentinos catalogan al partido de "peligroso” y “el momento elegido para saldar cuentas entre las facciones en pugna de la denominada barra brava” riverplatense.
"Deviene imprescindible evaluar si, teniendo en consideración los riesgos que asumiría su práctica para las personas y/o los bienes, no están dadas las condiciones para decretar la postergación o suspensión, debido a las particulares circunstancias que se plantean”, añadió.
Un grupo de ultras de River agredió hoy a los periodistas que cubrían el velatorio de Acro, que formaba parte del grupo disidente de la “barra brava” riverplatense enfrentado con el que lideran los hermanos Alan y William Schlenker, denominado “Los borrachos del tablón”, protagonistas de sangrientos choques en los últimos meses.
El fiscal que investiga la muerte del joven, José María Campagnoli, solicitó hoy que se cite a prestar declaración indagatoria a los hermanos Schlenker por su presunta vinculación con el crimen de Acro.
El hincha murió el jueves en el Hospital Pirovano tras recibir tres disparos, dos de ellos en la cabeza, mientras caminaba por la calle acompañado por un amigo que también resultó herido, aunque ya está fuera de peligro.
Tras un encontronazo ocurrido el 11 de febrero pasado en las instalaciones del River Plate entre miembros de la “barra brava”, que provocó heridas de arma de fuego y blancas a varias personas, Acro había sido despedido como empleado del club, suspendido como socio y tenía prohibida la entrada al estadio “Monumental”.
El Gobierno argentino dijo que es una “locura” relacionar al River Plate con el asesinato, aunque indicó que el motivo del ataque puede estar vinculado a “dineros secundarios” ligados al fútbol.
Dirigentes opositores al presidente del club, José María Aguilar, aseguran que éste ha amparado a los hinchas violentos y lo responsabilizan por los graves incidentes ocurridos en los últimos tiempos dentro y fuera de la entidad deportiva.
River Plate, que también deslindó responsabilidades en este suceso, había dispuesto para el próximo domingo una amplia operación de seguridad en su estadio para recibir a Newell's debido a la situación actual y a los enfrentamientos anteriores entre las "barras bravas” de ambos equipos.
El popular club argentino aún no ha debutado en el torneo Apertura debido a que solicitó postergar el partido de la primera jornada ante Gimnasia y Esgrima de Jujuy.