BERLÍN.- El misterio rodea casi todo lo relacionado con los fallidos desertores cubanos: "Black Star Factory", la ignota compañía alemana que debía organizar la fuga de los boxeadores Guillermo Rigondeaux y Erislandy Lara en los Juegos Panamericanos, parece ser una empresa fantasma.
Dedicada a "actividades recreativas diversas" según su propia presentación, y registrada como sociedad limitada, la compañía no se encuentra como tal en la dirección que promociona en internet.
Allí dice que tiene su sede en un edificio de oficinas de una tranquila calle residencial del barrio berlinés de Charlottenburg, pero se comprobó que el nombre de la empresa no aparece ni en el portero eléctrico, ni en las placas del portal, ni en los buzones.
Tampoco el administrador de ese edificio, en el que se alojan empresas de mediano tamaño, tiene noticia alguna de la compañía que, según el semanario alemán "Der Spiegel", contactó por primera vez con los dos boxeadores cubanos por encargo de "Arena Box Promotion", cuyos responsables estaban dispuestos a pagar por esos servicios una cantidad comprendida entre el medio millón y los 600.000 euros (673.900 y 808.700 dólares).
Ese vecino dijo que "Black Star Factory" "no está registrada como tal en el edificio", aunque reconoció que es posible que un particular hubiera alquilado un estudio en el inmueble a otro nombre.
Pese a ello, apuntó que no le sonaba que hubiera alguien en el edificio que se dedicara a actividades lúdicas o deportivas. "No hemos visto nada raro en el edificio y llevamos mucho tiempo aquí", aseguraron dos secretarias de la tradicional editorial alemana Schmidt-Rmhild, con sede también en ese pequeño inmueble.
Otras empresas como Buchberger, dedicada a las tecnologías de la información y también asentada en el edificio 12A de la calle Wilhelmsaue, corroboraron lo dicho. A nadie le suena ni siquiera el nombre de la empresa. "Llevo mucho tiempo viviendo en la zona, es un barrio muy tranquilo en el que no se ven cosas raras", aseguró un vecino.
"Jamás lo he oído y créame que conozco la zona, sé quien vive y trabaja aquí", dijo el propietario del edificio colindante, quien prefirió no revelar su nombre.
Pero ahí no acaba el misterio, pues "Black Star factory" parece carecer de un teléfono de contacto, y pese a que en la información publicada en internet se dice que la empresa cuenta con dos responsables, sus nombres tampoco son localizables.
Según publicó "Der Spiegel" el lunes, "Arena Box Promotion" planeaba desde hacía tiempo captar a los dos boxeadores cubanos, y llevó a cabo sus planes mediante los servicios de "Black Star factory", que contactó hace tiempo con ambos.
Rigondeaux firmó un pre-contrato con esa empresa en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, mientras que Lara lo hizo en mayo de 2006. Ambos se comprometían entonces a colaborar con "Black Star" apenas pudieran fugarse.
Lo hicieron el 21 de julio, y se reunieron con los representantes de "Black Star" en la discoteca "Help", un antro decadente y centro de reunión de prostitutas en la playa de Copacabana. Desde allí se habrían desplazado a Araruama, un pueblo de playa a 100 kilómetros de Río, donde según los púgiles cubanos fueron "sedados y obligados a desertar", algo que se contradice con la firma de los contratos.
Arena Box, bajo el mando del empresario turco turco Ahmet hner, ya protagonizó una aventura similar en 2006, cuando captó a los púgiles cubanos Jan Barthelemy, Odlanier Solís y Yuriorkis Gamboa, todos campeones olímpicos que ahora combaten profesionalmente en Hamburgo.
Para Fidel Castro, enfurecido por las deserciones, en Alemania existe "una mafia que se dedica a seleccionar, comprar y promover boxeadores cubanos en las competiciones internacionales". Rigondeaux y Lara ya están de regreso en la isla, y es probable que no vuelvan a boxear nunca más.