Segundo singlista chileno se embarca hoy jueves rumbo a Estados Unidos.
José AlvújarSANTIAGO.- Massú sonríe, pese a que recién ha terminado un durísimo trabajo físico que complementa con tres o cuatro horas diarias de tenis. “La verdad es que me ha cambiado un poco la vida. Estar con el Nano (Zuleta) que me conoce desde que era muy chico y con Pato (Rodríguez) que también me conoce bastante me ha hecho muy bien, como que recuperé la alegría por jugar, las ganas de competir”, resume horas antes de embarcarse rumbo a Conneticut, donde jugará el abierto de New Haven (Estados Unidos, 675 mil dólares, cemento).
En conversación exclusiva con Emol, el viñamarino cuenta que cuando perdió en primera ronda con el belga Steve Darcis, en Sopot, Polonia, se dio cuenta de que su carrera requería un giro radical.
-¿Qué se te pasaba por la mente en ese momento?
"Igual es raro, nunca me había puesto a pensar tantas cosas en medio de un partido. Tuve dos match points y es primera vez que siento que no tenía ganas ni de ganar. Había dejado de disfrutar, comencé con la desmotivación y después de pensarlo decidí no ir a Toronto, pese a que era un torneo de esa envergadura (Masters Series), incluso cuando me enteré que entraba directo mantuve la decisión de venirme a Santiago y hacer un cambio importante, porque no podía seguir igual".
-Siempre dijiste que Gabriel Markus era un coach excepcional, cómo se explica que al mismo tiempo digas que mejoró todo ahora que te separaste de él?
"Es un tema complejo...(piensa), esta cuestión es igual que los matrimonios, llega un momento en que te cansas de la otra persona, de escuchar todos los días la misma voz, de hacer los mismos entrenamientos, de oír los mismos conceptos, todo lo mismo. Necesitaba cambiar de aire, estos días me han demostrado que fue la mejor decisión, pero mi cariño y mi respeto profesional por Gaby (Markus) están intactos".
- ¿Cómo te sientes ahora? ¿Cómo dirías que llegas a New Haven?
"Llego muy bien, antes de todo esto ya estaba jugando excelente, pero la diferencia es que ahora estoy feliz de entrenar y tengo ganas de jugar. Físicamente también llego 10 puntos, estos días me han servido para ponerme fuerte y se que las cosas van a venir solas".
-¿Estás preparado para que los resultados no lleguen inmeditamente?
"Obvio, sé que no hay fórmulas mágicas y que tengo que ser paciente, pero también sé de lo que soy capaz. Quiero meterme entre el número 30 y 20, porque es una meta realista. Y ojo, lo digo porque estuve ahí mucho tiempo, sé que puedo y nadie me contó como era, tengo tenis de sobra para esta ahí".
-Tuviste el pelo largo muchos años, ¿el corte tiene que ver con esas ganas de hacer cambios radicales?
"Ja, ja, ja... No, no tiene nada que ver con los tenístico. La verdad es que desde los 14 años que tengo el pelo largo y hace rato que me estaba molestando, había que dedicarle mucho tiempo, muchos cuidados y la verdad me siento más cómodo así".
Copa Davis: "Quiero desquitarme en Israel"
Nicolás Massú disfruta jugando la Copa Davis. Y por eso es que el recuerdo de lo que pasó con Rusia en febrero de este año está fresco en su memoria. "Ya son casi diez años jugando por Chile y siempre respondí", dice.
-¿Qué pasó en La Serena?
"Pasó que llegué mal, como nunca a una Copa Davis. Yo sabía que no llegaba en mi mejor momento y por lo mismo estuve tenso toda esa semana. Me dolía todo el cuerpo, tenía una molestia acá en la pierna", dice mientras indica la parte alta de su muslo derecho. "Mi confianza tampoco estaba bien, pese a que había llegado a la final en Viña del Mar", agregó.
-¿Y cómo estás para tomarte esa revancha?
"Bien, confiado en lo que podemos hacer con Fernado y con el resto del equipo, pero también con mucho respeto por ellos, porque sabemos que en la cancha elegida por ellos y alentados por su público pueden crecer mucho".
-¿Qué sabes del equipo israelí?
"Bastante. Que tienen a una de las mejores parejas de dobles del mundo (Andy Ram y Jonathan Erlich son séptimos en la especialidad), que tienen dos singlistas entre los 200 mejores del mundo (Dudi Sela es 119° y Noam Okun 155°, además de Harel Levy que figura 195°). Con eso, en su cancha y con un público que puede ser bastante molestoso, es suficiente como para poder acortar las distancias que puede haber por ranking”.
¿Parece que al equipo le preocupa lo del público?
"Es que dicen que es un poquito desordenado, pero a mi por lo menos me da lo mismo, porque me gusta esa sensación de jugar con el público en contra. Me da algo como una pica interna, aparece la garra y no paro hasta ganar".