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Triatlón: Vanessa Fernández se coronó campeona del Mundo en Hamburgo

La lusa fue la mejor en Alemania y ahora fva por el oro Olímpico.Único trofeo que le falta por conseguir.

01 de Septiembre de 2007 | 15:21 | EFE

HAMBUERGO.- La portuguesa Vanessa Fernandes, ganadora de la última edición de la Copa del Mundo, líder de la actual y campeona de Europa los últimos cuatro años, se proclamó hoy, sábado, campeona del mundo de triatlón tras ganar una prueba en la que se exhibió por las calles de Hamburgo.


La lusa cubrió el recorrido, de 1.500 metros a nado, cuarenta kilómetros en bicicleta y diez más de carrera a pie, en un tiempo de una hora, 53 minutos y 27 segundos; y ganó con un minuto y cuatro segundos de ventaja sobre la australiana Emma Snowsill, a la que arrebató la corona que ésta capturó -por tercera vez- hace un año.


En esa ocasión, en Lausana (Suiza), Snowsill relegó al segundo puesto a la hija del ex ciclista Wenceslao Fernandes, que ganó en 1984 la Vuelta a Portugal. Tras cuatro títulos europeos consecutivos -el primero en Valencia 2004 y el última hace dos meses, en Copenhague- y con 17 triunfos en Copa del Mundo, a la joven lisboeta sólo le queda por ganar el oro olímpico, al que podrá hacerse acreedora dentro de un año en Pekín, donde será la mujer a batir. Si no lo logra, aún le quedarán unos cuantos intentos.


Con 21 años, está a un paso de repetir su victoria del año pasado en la Copa del Mundo, en una temporada en la que ganó en Ishigaki (Japón), Lisboa, Madrid -por quinta vez en las cinco ediciones disputadas- y Salford (cerca de Manchester, en Inglaterra). Ya tiene todos los trofeos, menos el olímpico, en su vitrina.


Por eso, a finales de la próxima semana se subirá en un avión rumbo a China, donde podrá echarle un vistazo al recorrido del último reto que le queda en el mundo del triatlón, en el que podría dejar plusmarcas imbatibles si mantiene su estratosférica progresión.


La estadounidense Sara McLarty fue la primera en salir de las aguas del Binnenalster, el pequeño de los dos lagos artificiales que llenan las aguas del Alster, en el que se disputó, con un lazo de mil metros y otro de medio kilómetros el segmento de natación.


Podrá presumir de ello, pero para algunos esta circunstancia se quedará en mera anécdota si se tiene en cuenta que, a partir del momento en que se quitó el neopreno, McLarty, consumada nadadora, se fue hundiendo hasta acabar la prueba en el puesto 49.


Vanessa y Snowsill salieron en el quince y la diecisiete puesto, a diez segundos de la estadounidense Laura Benett, que fue séptima nadando y al final se colgó al pecho la medalla de bronce.


La portuguesa y Benett se metieron sin problemas en el primer grupo, pero Snowsill perdió un tiempo precioso en la primera transición y quedó cortada en el ciclismo, con lo que perdió toda opción a la victoria.


Tras bajarse de la bicicicleta, la lusa hizo gala de su estilo habitual. Tomó la cabeza, dejó atrás a Benett y firmó una sensacional exhibición, hasta la meta que traspasó con más de un minuto de ventaja sobre la chica de Gold Coast, que también brilló.


Snowsill mejoró 35 puestos en carrera y con el mejor tiempo en el último 10.000 (32:55, ocho segundos menos que Vanessa) capturó una plata que la confirma entre las más grandes de todos los tiempos.


Cuarta fue su compatriota Emma Moffatt, que se mantuvo siempre en el grupo delantero. Las alemanas completaron una muy buena actuación ante su animado público.


Ricarda Lisk y Anja Dittmer se aseguraron hoy una plaza para los Juegos Olímpicos, al acabar quinta y sexta, respectivamente; y Joelle Franzmann se quedó con las ganas, porque firmó un octavo que no sirvió para que le dieran un lugar en los JJ.OO. de Pekín.


El criterio germano establecía que había que entrar entre las primeras diez, pero sólo se asegurarían la plaza dos. Franzmann, que sólo fue superada al final, se tuvo que rendir ante el tiempo de Dittmer, que fue la tercera mejor corriendo.


La suiza Magali di Marco, que con su apellido de soltera, Messmer, logró el bronce en el estreno olímpico del triatlón, en Sydney 2000 concluyó séptima en una prueba en la que no brillaron las españolas.


Ana Burgos, recién salida de una lesión, quedó cortada en el segmento ciclista y finalizó la 38. La vizcaína Zuriñe Rodríguez perdió los puestos delanteros desde el principio y firmó el sesenta, mientras que la sevillana María Pujol, sin obligación alguna, adquirió experiencia en su debut mundialista, pero no pudo acabar.

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