NUEVA YORK.- El esfuerzo de Juan Mónaco y su encomiable lucha por mantenerse en el Abierto de Estados Unidos quedaron fulminados en cuanto el serbio Novak Djokovic, el considerado como la alternativa al dominio de Roger Federer y Rafael Nadal, tiró de contundencia para terminar con el partido (7-5, 7-6(2), 6-7(6) y 6-1).
El joven balcánico ha madurado. Prepara el asalto hacia un Grand Slam, el único mérito que le falta para ser considerado, definitivamente, como un grande del circuito y no una eterna esperanza a gran jugador. Va camino de ello Djokovic, preparado ya para asimilar duelos mayores, como al que esta noche le sometió el argentino Juan Mónaco o previamente el checo Radek Stepanek. Ganados a su pulso, con sudor.
Mónaco salió sin complejos al duelo consciente de que, por el marco, el escenario y el rival, la ocasión era única. Nunca hasta entonces estuvo tan dentro del Abierto de Estados Unidos. Peleó hasta el final. Pero su talento está al margen del que presentaba su rival.
Con un saque firme, siempre y una solvente capacidad de resolución Djokovic llevó el partido a su terreno. Puntos cortos, pendientes de su saque. Así se llevó el primer set. Le costó más después, cuando el cansancio restó determinación al saque y la batalla entró en el cuerpo a cuerpo. Resuelto en el desempate, el serbio amplió su ventaja aunque a pesar de la distancia -dos sets en contra- Mónaco no perdió la cara al partido.
Llevó el tercero a un nuevo tie break que ganó y extendió un partido que adoptó tintes dramáticos por la petición de los médicos de pista por ambos jugadores. El argentino para asistirse en un tobillo. Y el serbio para sanarse la espalda.
Un despiste, sin embargo, pudo precipitar el triunfo de Djokovic en tres sets. En el transcurso del peloteo del desempate del tercer set se le cayó una bola del bolsillo y cayó a la pista de juego. El punto se detuvo y fue para el rival. Superó la anecdótica circunstancia. Pero sus fuerzas se diluyeron ahí.
Djokovic arrolló al argentino en el cuarto set, que se apuntó por 6-1. Mónaco no pudo acompañar a su compatriota Juan Ignacio Chela a los cuartos de final. El serbio espera a Carlos Moyá en busca de una cita de semifinales histórica.