TEL AVIV.- El presidente de la Federación de Tenis de Chile, José Hinzpeter, y el capitán del equipo nacional, Hans Gildmeister, llegaron hasta la oficina que ocupa el árbitro general del confronte, el irresoluto español Javier Moreno.
Treinta minutos después de consumada la victoria de Fernando González sobre Noam Okun, ambos pretendían protestar por una serie de fallas en la organización. Las más urgente de todas, la falta de vehículos para sacar a la delegación nacional con mayor rapidez rumbo al hotel de concentración, tema fundamental si se piensa en el desgaste hecho por el jugador que debe volver a la cancha mañana a las 10:30 para jugar el doble.
"No hay medios de transporte para irnos al hotel, me dicen que Nicolás (Massú) se tuvo que ir solo. Tampoco había seguridad para proteger a Fernando (González) en la conferencia de prensa. La cancha estaba inmunda, las luces eran pésimas. No será mucho", se preguntó el capitán chileno antes de entrar a la oficina de Moreno.
Tras la junta, Gildemeister señaló que el partido se confirmó para las diez y media de la mañana hora local, las 04:30 en Chile. “Dice que es prerrogativa de él atrasarlo y que no lo hará”, señaló el ofuscado capitán, quien minutos antes había catalogado al español como un árbitro “sin personalidad para una Copa Davis”.
Diez minutos antes que los chilenos, había estado en la misma oficina el capitán israelí Eyal Ran, quien se excusó de conversar con Emol, señalando que debía comparecer en la conferencia de prensa.