Gritó Fernando González. Antes de perder el encuentro ante Dudi Sela se confesó con EMOL.
El Mercurio
TEL AVIV.- Fernando González se acomoda en una silla del Daniel Hotel, en el bello y exclusivo barrio de Herzelia, a 15 minutos en auto del centro de Tel Aviv. Con vista a las hermosas costas del mediterráneo, el mejor tenista chileno del momento acepta confesarse con Emol.
Recién ha terminado Yom Kipur, el día del perdón, y González desconoce la suerte que correrá el equipo en el día final de competencia de la fatídica serie ante Israel. “En mi mente no está perder, porque cada vez que juego por Chile mi única meta es ganar y entregarme el cien por ciento”, decía quien a la postre sería superado por el sorprendente Dudi Sela.
Hace un año y cuatro meses, el actual número 6 en el escalafón de la ATP, tomó la decisión de ponerse en las manos del entrenador estadounidense Larry Stefanki, quien antes había dirigido y llevado hasta el número uno del mundo a Marcelo Ríos.
- ¿Qué evaluación puedes hacer de tu vínculo con Larry Stefanki?
"Es más que positivo, por algo renovamos por otro año, estoy muy contento con él como profesional y como persona. Cuando lo busqué quería ser un mejor jugador de tenis, que es la base para que te vaya bien. Me ha ayudado a mejorar mi juego y siento que todavía puedo seguir haciéndolo, así que lo que pueda venir es cada vez mejor. Ojalá mi mejor momento esté por venir".
- Hiciste grandes cosas, pero también tuviste un bajón ostensible…
"Para mí lo más importante es sentirme bien en una cancha de tenis, especialmente en la competencia. Tienes que estar con buena disposición a competir. Empecé el año con una final de Grand Slam, es natural que venga un pequeño bajón. No sé si fue físico o mental, pero es complicado que ahora todos los jugadores te quieren ganar hasta los sets de entrenamiento, a veces quería entrenar más relajado pero sentía al otro jugando como la final de un Grand Slam".
- ¿Cómo se combate a todos los jugadores que ya te conocen?
"Mejorando cada día. Por ejemplo, si yo no hubiera trabajado mi juego de red o hubiera empezado a hacer cosas nuevas estaría estancado en mismo ranking. Hace un año y medio atrás dije llevo muchos años en esto, puedo estar más arriba o más abajo, me da lo mismo, quiero tener más armas y no tienes miedo para atreverte a hacer cambios y cosas nuevas. Al principio vas a fallar, equivocarse es parte del aprendizaje".
- A propósito de los cambios, hay gente a la que no le gusta tu nuevo juego con el revés, mucho slice y poca potencia, dicen.
"En Miami creo que lo escuché por primera vez. Yo no estaba jugando muy bien y me preguntaron por qué no le pegaba del lado del revés. Y yo dije que porque no estaba metiendo la bola, estaba buscando una manera… pero es divertido porque es lo mismo que se me criticaba antes, que no cuidaba la pelota. Hay que estar más preocupado de lo que uno hace y no de lo que piensan los demás".
- ¿Qué faceta sientes que necesitas mejorar?
"Las devoluciones de saque las estoy trabajando día a día. Es un tiro que me cuesta un poco. Muchos jugadores agarran la iniciativa desde el mismo momento en que devuelven, es algo que a veces no consigo, sé que si mejoro ahí tengo mucho por seguir dando".
Pese a que hacía meses que no venías jugando tan bien, Beijing te vio ganar sin hacer un tenis brillante…
"Es que en un momento volví a tolerar mis errores, vi que podía ganar partidos incluso fallando un montón y eso me deja tranquilo, porque digo qué va a pasar cuando empiece a sentir que estoy jugando realmente bien, van a pasar cosas buenas".
¿Cuál es tu gran meta de este momento?
"El Masters de Shanghai es lo que más quiero, me da lo mismo si soy tres, cinco u ocho. Es una de las fiestas más grandes del tenis, porque en otros torneos si pierdes te fuiste, pero aquí tienes tres oportunidades, todos son buenos y entran motivados y todos quieren y se pueden ganar".
En un plano más personal, González admite que lo que se le está haciendo más difícil es subirse a los aviones. "Me está costando mucho subirme a los aviones. Aguanto mucho más tiempo fuera de Chile, es mejor, me vi obligado a aprender a vivir afuera, en hoteles, sé que es complicado, pero es parte de mi trabajo. Los últimos dos años estoy jugando menos torneos, los torneos justos y si uno quiere tener una carrera larga esa es la fórmula".
-¿Y te gustaría tener una carrera larga?
"Si me preguntas a qué edad me quiero retirar todavía no sabría decirlo, si estoy sano jugaría cinco años más y aunque en el tenis eso es mucho, yo me veo haciéndolo tranquilamente. Podría hacerlo, pero hay que irlo viendo en el momento, mientras sea feliz en una cancha de tenis voy a seguir haciéndolo".
-Nunca te gusta hablar de metas, pero ¿cómo te mides entonces?
"Es que tengo mis metas, pero no me gusta planteármelas en términos de números exactos, porque en el último tiempo no he pensado en un puesto específico donde quiera estar. En este año y medio que llevamos con Larry, apenas hemos hablado una vez de números, un día que él me dijo ahora estás número cinco en el mundo y tienes mucho que mejorar. Ha sido la vez. Es la mejor manera, porque sino te pones presión extra, te hablan, te pones a pensar en ranking, en los resultados de los otros".
-Por tu profesión viajas constantemente y pasas mucho tiempo fuera en cada gira, ¿cómo manejas la nostalgia?
"Obviamente echo de menos a mi familia. Creo que el tiempo hace que te vayas acostumbrando, cinco o seis años atrás era mucho más difícil. Ahora mi entrenador está en San Diego, así que por períodos me voy para allá, tomo menos aviones".
-¿Te imaginas en la actividad después de jugar?
"Lo que te puede saturar es el tiempo fuera de casa. Es algo que es parte de tu vida, tengo la suerte de que lo hago muy bien, gracias al tenis he conocido el mundo, son distintas culturas, distintas mentalidades, me ha dado una mentalidad más amplia en todo. Sé que voy a seguir ligado al tenis, hoy no te podría decir cómo exactamente, pero me encantaría traspasarle mis experiencia a gente joven que quiera escuchar y quiera aprender".
Uno de los escollos para que cualquier tenista hoy pueda ser número 1 tiene un sólo nombre: Roger Federer.
-¿Es mala suerte o un privilegio ser de la época de Federer?
"Federer está en otro nivel. Y Nadal de alguna forma también, porque jugar con él en cancha de arcilla es como jugar con Federer en pasto. Aquí te digo que los números no mienten, lo reflejan… Pero el tenis es así, hasta para Federer es mala suerte que exista Nadal porque no se puede ganar Roland Garros, para Nadal mala suerte que esté Federer porque no puede ganar en otras partes. Y para los demás, mala suerte que estén ellos dos porque cuesta mucho quitarles los Grand Slam. Antes, los favoritos eran cinco u ocho personas, ahora son ellos dos y desgraciadamente pasa. Y sigue pasando".
-A esta altura cuando te enteras que te toca jugar con Federer, ¿lo tomas como una linda oportunidad para ganarle o ya es un fastidio?
"Depende. Si me hubieran dado a elegir para jugar la final de Australia al último que elijo es a Federer. Pero igual es rico tener la oportunidad de volver a intentar ganarle. Él es un jugador súper completo, una de las veces que estuve más cerca de ganarle fue cuando Larry me dijo, no trates de ser tan bueno hoy. Creo que depende de cómo te sientas, porque podrías tratar de entrar a ganarle todos los puntos, pero depende de cómo lo veas a él ese día también".