BUENOS AIRES.- River Plate dio hoy la máxima sorpresa del torneo Apertura 2007 del fútbol argentino al derrotar a su histórico rival, Boca Juniors por 2 goles a 0, en un partido clave en la lucha por el título de campeón, cuyo resultado favorece al líder Independiente de Avellaneda.
El colombiano Radamel Falcao García en el minuto 23 y Ariel "el burrito" Ortega a los 32' a través de lanzamiento penal, marcaron los tantos de la victoria. Boca Juniors se quedó con diez jugadores a los 45 minutos por la expulsión del medio centro Ever Banega.
River se jugaba en el estadio "Monumental" su última oportunidad de mantener una leve esperanza de recuperación en el torneo, tras sufrir dos goleadas consecutivas por 4-1 ante Tigre y Argentinos Juniors, en una de sus peores campañas de los últimos años.
No pocos pensaban que podría haber sido éste el último encuentro como entrenador riverplatense de Daniel Passarella, criticado e insultado por la afición por el pobre rendimiento de su equipo, que sólo había obtenido 16 de 36 puntos posibles en las primeras 12 jornadas.
Pero el técnico, que había avisado que el campeonato no estaba definido ni mucho menos, dio a entender que una victoria de su equipo podría encarrilarlo hacia la consecución de un título que no obtiene desde hace más de tres años.
Y ganar el "clásico" renueva los créditos para jugadores y técnicos cualquiera sea la situación de los dos equipos más populares de Argentina. La formación riverplatense se adueñó del encuentro desde que salió de los vestuarios, dominó la situación en todos los sectores del campo de juego durante la primera parte, en base a su amplia superioridad en la zona media que le proyectó continuamente al área boquense.
Aprobó el examen en River el juvenil y diminuto media punta Diego Buonanotte (1,61 m de estatura y 59 kilogramos de peso), que debutaba como titular, difícil de marcar para el desorientado bloque defensivo "xeneize".
En el control y distribución de juego destacaron Fernando Belluschi y el veterano Ortega, y como punta del ataque, brilló nuevamente el colombiano Falcao García.
Con una desventaja de dos goles marcados por Falcao y Ortega, y con un jugador menos en el campo por la expulsión de Banega, el conjunto de Miguel Angel Russo intentó empujar el partido hacia campo contrario en el segundo tiempo.
Pero el empuje, la garra y el carácter boquense fueron insuficientes para un River liberado de complejos y dispuesto a borrar la imagen de sus padecimientos recientes. En las reacciones del equipo local, que recuperaba el balón en el medio con relativa facilidad, Buonanotte fue víctima de constantes faltas cerca de los dominios del portero de Boca Mauricio Caranta.
Y una vez controlados los espasmódicos intentos boquenses de progresar en el campo en busca de los aislados delanteros Rodrigo Palacio y Martín Palermo, River Plate se dedicó a hacer circular la pelota sostenido por una afición entusiasmada que coreaba “oooole, oooole,” especialmente cuando entraban en acción Buonanotte y Falcao.
El equipo de Passarella dio la impresión de haberse decidido más por el control de la situación que por la posibilidad de aprovecharse de la debilidad de su rival para ampliar la ventaja en el marcador.
Passarella continúa en el banquillo de River, equipo que no sólo aspira a acercarse al liderato en los seis partidos que tiene por delante en el Apertura, sino a pasar a las semifinales de la Copa Sudamericana.
Russo, ganador con Boca de la Copa Libertadores en junio pasado, de la mano de Juan Román Riquelme, que volvió al Villarreal, no ha cosechado hasta ahora expresiones de reconocimiento por parte de la hinchada. Ahora su equipo acaba de dar un gigantesco paso atrás en la Liga.