El preparador físico junto a sus pupilos, Fernando González y Paul Capdeville. Sólo falta Adrián García.
Juan Eduardo LópezSANTIAGO.- Por estos días, Carlos Burgos vive a full. Comparte sus tareas como responsable de los gimnasios de la Clínica Meds, con su rol de preparador físico de Fernando González, Paul Capdeville y Adrián García.
La historia comenzó hace cuatro años, cuando coincidieron en un equipo de Copa Davis. "Ahí conocí a los muchachos y surgió la posibilidad de trabajar con Fernando (González) y más tarde con Paul. Como Adrián García tenía un ranking parecido al de Paul y coincidían en varios torneos, las cosas se dieron para trabajar con él también. Llevo tres años con Fernando y dos con Paul y Adrián", cuenta Burgos en entrevista con Emol.
- ¿Por qué cree que tiene a tres de los cuatro mejores tenistas chilenos?
"Creo que sobre todo existe confianza. Obviamente los resultados de Fernando también apoyan, porque en el alto rendimiento te validas por los resultados. Pero además se trata de relaciones que tienen que ver con la vida privada de los jugadores, uno se convierte en un testigo de lo que viven en los torneos, en una especie de tercera oreja para escucharlos también".
- ¿Le falta Massú para tenerlos a todos?
"Jajaja, imposible...
- ¿Por qué?
"Porque no pues. A este nivel los jugadores tienen gente que trabajar con cierta exclusividad. Fernando ha tenido una excelente disposición a compartir el trabajo físico con Paul (Capdeville) y Adrián (García), pero cuando un jugador tiene un ranking más cercano y puede ser un rival directo cambia la cosa.
- Massú está con el argentino Claudio Galzagorri.
"Si, creo que el Vasco es un gran preparador físico, un tipo con mucho conocimiento y experiencia. Creo que Nicolás va a estar muy bien con él".
- ¿Cómo influye la edad de Fernando González (27) en los objetivos que se traza?
"En los deportistas se da una relación inversamente proporcional entre lo que él puede rendir y los años que va cumpliendo. Los objetivos cada año se hacen más difíciles y adedmás tienes que estar atento a lo que pasa en el circuito, porque es muy dinámico".
- Y así como está el tour, ¿cuáles son los principales objetivos con Fernando para 2008?
"Lo que queremos este año es mejorar su potencia aeróbica. Tiene que ver con los cambios que se han ido produciendo en el tour. Los torneos indoor están más lentos, Winbledon está más lento y la idea es que Fernando pueda jugar más puntos largos, sin caer pronto en la fatiga. Hace algunos años era contraproducente trabajar a un jugador más rápido y a la vez con mayor resistencia, pero ahora suena muy coherente".
- ¿En qué se pone el acento en este período de acondicionamiento?
"Es lo que nosotros llamamos entrenamiento fuera de temporada. La ventaja es que puedes incorporar grandes volúmenes de trabajo, algo que no podrías hacer si estuvieras en los torneos. Por eso podemos hacer un trabajo con carreras, saltos, etcétera. Mientras algunos ya están terminando su período de entrenamiento, Fernando recién está empezando porque fue a Shanghai".
- ¿Qué crees que encuentran ellos en ti?
"Tu tienes dos posibilidades de legitimarte ante una persona en una relación profesional como esta. La primera es desde el punto de vista de una disciplina casi militar, en la que haces lo que te digo o se acaba todo. La otra es la del que inspira respeto profesional y además respeta a las personas. Yo creo más en la última. En el circuito compartes otras cosas con ellos, te transformas en un apoyo y si desde allí tratas de ayudarle a cada uno de acuerdo a sus necesidades, creo que las cosas funcionan bien".
Carlos Burgos es Profesor de Educación Física de la Universidad de Playa Ancha. Además es Magister en Ciencias Biológicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, especialista en Fisiología del Ejercicio, profesor de Post título de la Universidad Finis Terra y dircetor de los Gimnasios de la Clínica Meds.
Con esas ocupaciones y viajando por el mundo con Fernando González, a veces queda poco tiempo para la familia, que compone su esposa Vanesa, y sus hijas Fernanda (10) e Isidora (7).
"Hay un costo familiar innegable, que sólo se ve reflejado en la casa. Porque no hay formas de cuantificar o de valorar lo que te pierdes en los momentos en que no estás. Es duro. Pero tsambién es cierto que la relación se fortalece, porque necesitas crear vínculos más potentes. El hecho de que nos vaya bien con Fernando también influye, porque quedas con la satisfacción de que valió la pena el esfuerzo".
Burgos reveló que "este año Fernando tratará de viajar menos tiempo solo, vamos a mandar a un trainner para que esté con él en los torneos, para que le ayude a recuperarse bien entre partidos".