BUENOS AIRES.- Carlos Ischia, un ex mano derecha de Carlos Bianchi, quedó en forma sorpresiva como el candidato número uno para suceder al renunciante Miguel Angel Russo en la dirección técnica de Boca Juniors.
"Tiene un estilo definido de trabajo que compartimos y nos sentimos identificados con su manera de encarar esto", dijo en la noche del viernes el presidente de Boca Pedro Pompilio, quien agregó este fin de semana mismo se reuniría con Ischia.
"Aparte conoce a buena parte del plantel y por eso pensamos en él", agregó el dirigente en declaraciones a la prensa, recordando que Ischia fue el principal ayudante de Bianchi durante un exitoso ciclo que incluyó cuatro títulos argentinos, tres copas Libertadores y dos Intercontinentales, entre 1998 y 2001.
Después, Ischia se abrió camino por su cuenta y dirigió a Vélez Sarsfield, Gimnasia La Plata y Rosario Central, en este último caso hasta el reciente Apertura. El campeón fue Lanús y Central finalizó último con siete victorias, ocho empates y 11 derrotas.
Aunque Pompilio no lo dijo, parece que Bianchi fue el que recomendó a Boca la contratación de Ischia, de 51 años, que en sus épocas como jugador integró la selección argentina y pasó por varios clubes como Vélez, Racing Club y Gimnasia La Plata, además los colombianos Junior y América de Cali.
Bianchi era el principal candidato para dirigir a Boca, pero ese técnico prefirió seguir alejado de la actividad. También se mencionaba al ex goleador Gabriel Batistuta y a Jorge Ribolzi, ayudante en la selección del técnico Alfio Basile.
Todos esos nombres nacieron de versiones de prensa ya que ningún dirigente de Boca se refirió en forma concreta a esos candidatos, salvo ahora que Pompilio mencionó a Ischia.
Russo renunció el jueves porque la dirigencia de Boca trató de recortarle poder al pedirle cambios en su equipo de trabajo.
Su renuncia o despido parecía inminente ya que tras haber ganado la Copa Libertadores a mediados de este año, Boca entró en declive: fue tercero en el Apertura y cayó 4-2 ante Milan de Italia en la final del mundial de clubes de Japón. En Boca, hasta salir segundo es considerado un fracaso.
Russo admitió que Boca le propuso "un nuevo esquema de trabajo en el que había dos colaboradores míos que no estaban" y que si él lo hubiese aceptado su autoridad habría quedado minada.
"Si me hubiese quedado, no habría tenido la capacidad de darle una orden a un grupo de 20 jugadores", declaró Russo en la noche del viernes a la cadena de televisión TyC Sports.