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Santiago: Jueves 26 de septiembre del 2024 | Actualizado 20:12
QUEMCHI.- El viernes 25, cuando comenzó la X Regata de Chiloé, cuyo nombre oficial es Regata Entel PCS Chiloé 2008 by Sony Ericsson, culminó la primera etapa del largo proceso para organizar la prueba náutica más importante del país.
La tarea comenzó en marzo cuando los capitanes de la flota de yates chilenos recibieron el pre aviso para que incluyeran en su calendario de competencias la carrera por los canales del sur de Chile.
Con esa primera notificación comenzó también el trabajo de los organizadores de la competencia, el Club Náutico Oceánico de Chile, presidido por Emilio Cousiño, para coordinar todos lo detalles que permitieran la realización de la prueba.
Una labor que incluyó reuniones con la Armada, que nuevamente puso a disposición de la regata los recursos necesarios para velar por la seguridad de los participantes. Este año son seis las embarcaciones de su flota las que navegan junto a los yates: el Almirante Merino, los buques de apoyo Macalvi y Slight; y las lanchas de apoyo Puerto Montt, Chiloé y Antofagasta.
En total, la institución Naval, según la cifra entregada por su Comandante en Jefe, el almirante Rodolfo Codina, tiene a 350 de sus efectivos trabajando para brindar todo el apoyo necesario a los participantes en la prueba.
La presencia de la marina nacional no ha sido sólo como espectador este año, también tiene seis embarcaciones compitiendo, entre las que destaca el regreso a las aguas del sur del "Reina María Isabel", que ganó la Regata de Chiloé en 1996 y ahora vuelve optimizado para intentar vencer nuevamente.
Un clásico
La ruta por los canales del sur se ha transformado, desde su primera largada, en 1989, en la fecha más importante del Campeonato Nacional de Yates Oceánicos y todos sus participantes la consideran como el "clásico" de las velas nacionales.
Los diferentes equipos se refuerzan de manera especial cada año para terminar como vencedor luego de las siete etapas contempladas en la regata. Muchos traen a navegantes extranjeros, como el español Roberto Bermúdez que forma parte de la tripulación del "Stella Artois", los que pueden ganar aproximadamente dos mil dólares por competir en nuestro país.
Una preocupación necesaria por la millonaria inversión que hay detrás de cada embarcación, las que pueden llegar a costar cifras cercanas a los 140 millones de pesos.
Este año son 61 las embarcaciones inscritas en la carrera, en las seis clases que compiten, pero el récord de participantes lo sigue teniendo su segunda versión, realizada en 1992, con 123 inscritos.
En su versión 2008 son casi 500 los tripulantes que integran los diferentes equipos de navegación, de los cuales 472 aproximadamente son los que se suben diariamente a los botes.
